Angel Garza estaba atendiendo a una niña cubierta de sangre, preguntándole qué había pasado, cuando la pequeña dice que su mejor amiga Amerie Jo Garza había muerto
La jornada del pasado martes 24 de mayo, se registró uno de los peores tiroteos escolares en Estados Unidos desde el 2012. Se trata del perpetrado por Salvador Ramos, un joven de 18 años quien atacó con un rifle la Escuela Primaria Robb en Texas, acabando con la vida de 19 niños y dos adultos.
Este atentado continúa impactando a la comunidad de Texas, y el resto del mundo, especialmente por las secuelas de los niños que sobrevivieron, y las historias de las familias de aquellos que murieron en manos de Ramos. Dentro de esto último se hizo pública la historia de Angel Garza, un trabajador médico quien al momento de llegar a atender a las víctimas se enteró de la trágica noticia de la muerte de su hija Ameri Jo Garza, quien es considerada una heroína en su escuela.
Durante una conversación con el conductor de CNN, Anderson Cooper, Angel relató que trabaja como asistente médico por lo que llegó hasta el lugar para auxiliar a las víctimas. En ese momento vio a una pequeña salir del recinto cubierta de sangre, por lo que se acercó a ayudarla “estaba cubierta de sangre de pies a cabeza, le pregunté si estaba herida y me dijo que no, pero que su mejor amiga estaba muerta, que no respiraba y que había intentado llamar a emergencias”.
Al momento de preguntarle a la niña cuál era el nombre de su compañera que había fallecido, la pequeña le responde Ameri, la hija de tan sólo 10 años de Angel, quien falleció mientras intentaba llamar a emergencias en el momento que Ramos le disparó en la cabeza.
“Ella era muy dulce, era la niña más dulce que no hacía nada malo. Siempre escuchaba a su papá y su mamá, era creativa, hacía cosas para nosotros, nunca se metió en problemas en la escuela. Sólo quiero saber qué hizo para ser una víctima”, declaró Angel entre lágrimas, abrazando una foto de su hija.
El padre de Ameri además cuenta que tiene un hijo de tres años quien pregunta todos los días por su hermana, “le dijimos que está con Dios, y que ya no estará con nosotros”. Angel también relató que hace dos semanas había sido el cumpleaños de su hija y que le regalaron un teléfono, algo que había querido hace tiempo, mismo que utilizó para intentar llamar a la policía durante el tiroteo.