Ni el edificio del Juzgado de Garantía de Talca se libró del maldito terremoto. Y como la Justicia no puede esperar, pese a los problemas se siguió impartiendo ley, pero esta vez desde una improvisada sala al aire libre en los propios estacionamientos del recinto.
La jueza Marta Asiaín, el fiscal Carlos Altermatt y la defensora Claudia Landeros aperraron ayer ayudados por efectivos de Gendarmería y por una funcionaria que debía escribir todo el desarrollo de la audiencia a mano, sólo con lápiz y papel. ¡Grandes!
En el curso de la audiencia la jueza fue implacable con J.A.V.V., quien había sido formalizado por abuso sexual a menor de 14 años y estaba con jaula preventiva desde el 8 de abril del 2009 en la también destruida cárcel de Constitución.
El imputado, que estaba prófugo desde que apretara cacheturri con todo el piño de los presos tras el terremoto, fue laceado este martes luego de que visitara a un pariente en la Centro de Orientación Femenino de Talca.
Allí J.A.V.V. fue identificado por un Gendarme que lo cachaba desde sus fechorías en Constitución. Una vez apañado, el gil quedó en prisión preventiva en la Cárcel de Talca. Por otro litro, en Constitución las malas lenguas han hecho circular diferentes versiones sobre la fuga de reos.
La primera, y la menos creíble, señala que los ladrillos fueron liberados por Gendarmería, porque de otra forma iban a morir aplastados bajo las ruinas de la cana. La otra historia que se cuenta en la sacudida y maremoteada ciudad -y que tiene más visos de ser real como la vida misma- es que los malandras apretaron cachete por un forado que dejó el terremoto en la capacha.