Catorce candidatas de San Antonio están en medio de un extraño concurso en el que mandan a sus concursantes a vender entradas para las presentaciones. De no hacerlo, eliminación segura, pese a que pagaron la inscripción.
"Todas íbamos a ser reinas, de cuatro reinos sobre el mar: Rosalía con Efigenia y Lucila con Soledad". Así parte el poema "Todas íbamos a ser reinas", de la imperecedera Gabriela Mistral, quien hace unos días volvió a recordar su nombre al mundo al ser nombrada entre las 100 mujeres que cambiaron la historia universal.
Pero llevando la literalidad de las inspiradoras frases a la realidad, lamentablemente, no todas pueden ser reinas. Soñar, querer, tratar, claro que sí se puede, pero es sólo premio para una, para la que muchos consideran la mejor, con toda la subjetividad que comprende esa elección.
En el reino sobre el mar de San Antonio está sucediendo esta historia que no afecta a Rosalía, Efigenia, Lucila o Soledad, sino que a Caroline, Raylén, Gabriela, Allison, Catalina, Deisy, Alondra, Ximena, Almendra, Sandy, Krishna, Yasna y a dos jóvenes de nombre Luisa.
Esfuerzo y dinero
El Miss Earth del balneario levantó su fachada y vía redes sociales invitó a participar a las jóvenes de la zona. Para eso, mediante un escrito, la organizadora Paula Aburto les dio la bienvenida y les solicitó 50 mil pesos para la inscripción, la que contemplaba una banda oficial con el nombre, sesiones fotográficas, clases de oratoria y pasarela.
Fueron 14 las que se inscribieron. Todo bien, hasta que comenzaron las solicitudes anexas: vender dos entradas, cada una por cinco mil pesos, para invitar gente a un desfile en un café de Cartagena.
Luego, para avanzar a la Preliminar del 11 de agosto, Aburto pidió a cada una que ofrecieran 15 tickets, los que tenían un valor de $2.000. Fue ahí que Deisy decidió retirarse, pues no contaba con esos recursos.
Dicha instancia se celebró en El Totoral, a 25 kilómetros de San Antonio. "La Paula nos dijo que pidiéramos un Uber, pero es muy caro. Tratamos de pedir una micro, pero no alcanzó el número de gente", reclama Jasna Quijada, de 20 años, y quien optó por retirarse del concurso por considerar que "la organizadora tiene el signo peso en sus ojos. Acá hay gente humilde, que no tiene ese dinero para esto".
Amenazas
Catalina Ibarra, de Santiago, argumentó en el grupo de WhatsApp "Miss Earth San Antonio" que no era de la zona (recién se cambió a San Sebastián) y que le era imposible reunir esa cantidad de gente para la Preliminar.
"Si no las pagan serán eliminadas del certamen", espetó Aburto, justo antes de que Alisson, de 16, se despidiera del concurso por no contar con los 30 mil pesos. Así las cosas, fue eliminada inmediatamente como miembro.
Aburto, según se puede leer en estas conversaciones, se defiende de los reclamos. "¿Tú crees que el local y todo se paga solo?", agregando que "si fuera por eso arriendo una sede en una pobla y no les pido que vendan entradas".
"Hubo un cóctel en El Tototal, pero pasé vergüenza con los que invité, porque no había ni agua para regalar. La chorrillana estaba a siete mil pesos", recuerda la misma Cata, quien de igual forma pagó ayer el saldo que le quedaba y participará en la final del 25 de agosto.
Para el día de la coronación, cosa que ya sabe Catalina, las condiciones son aún más exigentes, puesto que deben depositar en la cuenta RUT de la organizadora 15 entradas a $3.000. O sea, 85 mil pesos más de lo que salía en la inscripción. Todo sea por ser reina...
Jasna fue la que inició los reclamos públicos contra Paula Aburto y, de paso, acusa otras injusticias: tiempo y sacrificio. "Hasta en el trabajo de mi pololo me ayudaron a hacer un traje con 2.000 botellas plásticas en tiras y, además, a elaborar un proyecto sustentable que la Paula iba a presentar no sé dónde. Tengo la plata para pagarle, pero no lo haré porque esto es un aprovechamiento".
La ganadora del Miss Earth San Antonio participará en la final que se desarrollará en Puerto Montt. La organización, aclara, corre con todos los gastos. Es que todas querían ser reinas…
"Era sólo para asustarlas"
Paula Aburto, quien tiene recorrido en este tipo de organizaciones, dice que la acusan injustamente, pues avisó con antelación a las postulantes de la venta de entradas.
"Tengo que pagar entre 500 y 600 mil pesos a Miss Earth. Aquí no hay ayuda de la municipalidad. Lo conversamos antes con todas y no las obligamos a depositar", explica Aburto.
Al ser consultada por el hecho de no haber informado de esto antes de que pagaran los 50 mil pesos de inscripción, reconoció que "fue mi error. Lo reconozco. Pero eso de las amenazas por expulsarlas es falso, era sólo para asustarlas".