A 800 km de Santiago partieron las movilizaciones. El 17 de abril las alumnas de las facultades de Filosofía y Humanidades de la U. Austral hicieron la primera toma. Diez días después, se sumaron las jóvenes de Derecho de la U. de Chile.
Hasta ayer, estudiantes de 14 universidades adherían, con paros o tomas, a la causa. Una que le explotó al gobierno, que no supo dimensionar las demandas femeninas y que nuevamente pusieron al ministro de Educación, Gerardo Varela, en la mira.
Faltas de protocolos que establezcan claramente el camino a seguir frente a las denuncias de acoso o abuso sexual, investigaciones internas de las universidades que duran meses o chicas que deben compartir en la misma sala con el acosador, cruzan las demandas de género.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió en la U. Federico Santa María, donde acosador y acosada comparten la sala de clase.
Aunque la toma protagonizada por alumnos de ingeniería del campus que el plantel tiene en Vitacura duró 17 horas -fueron desalojados por carabineros y 61 estudiantes terminaron en la 37 Comisaría de Vitacura-, la movilización continúa. Hoy están en paro indefinido.
¿La razón?
El pasado 3 de enero se denunció un abuso sexual de parte de un alumno de Ingeniería Civil Industrial contra una de sus compañeras de clase. El plantel comenzó la investigación interna, pero pasan los meses y aún no hay una resolución. Pero eso no es todo. Denunciante y denunciado siguen siendo compañeros.
Constanza Bohle, vocera de la Secretaría de Género de la casa de estudios, señala que la urgencia de la toma era contar con espacios seguros para nuestras compañeras, la "universidad ha tenido falencias al momento de dar las garantías mínimas a las personas que denuncian, lo que ha provocado un alto costo emocional, porque ya no se sienten protegidas, sino que están expuestas y obligadas a convivir con la persona que están denunciando y también con el círculo cercano que encubre a esa persona y que también cae en la lógica del hostigamiento".
Despidos
Cada día se conocen nuevos casos, algunos con sanciones. La estudiante de Historia, Claudia Maldonado, miembro de la Federación de Estudiantes de la U. de Concepción, encuestó a 4.400 alumnos: el 80% de las mujeres aseguró ser víctima de acoso sexual dentro del espacio universitario.
Uno de los episodios más bullados sucedió el año pasado en la Escuela de Periodismo. Cuatro profesores fueron sancionados por acoso a alumnas: uno fue despedido, otro no renovó contrato, mientras que dos se encuentran con licencia médica, por lo que su proceso está detenido.
"Las mujeres debemos luchar contra los abusadores y acosadores que encontramos al interior de una institución, como la U. de Concepción, que impulsa un discurso promoviendo el desarrollo libre del espíritu, ¿Qué espíritu, el de los acosadores y abusadores sexuales para que ellos puedan hacer y deshacer con nuestros cuerpos?", expresan desde la Coordinadora de Estudiantes de Periodismo.
Comisiones de género
Se trata de instancias que poco a poco van naciendo en el seno de los centros de alumnos. El desafío es lograr ser escuchadas, que los docentes o estudiantes acosadores tengan sanciones ejemplares, no sólo sumarios administrativos, y que las mujeres se atrevan a denunciar, tanto a las autoridades universitarias como en los tribunales.
Desde la Confech, Sandra Beltram apunta al rol del gobierno. "El acoso sexual que ha habido en instituciones de educación superior, el machismo, la misoginia son problema no sólo de las universidades estatales, sino que a nivel general. Es rol del Estado legislar, a través de una ley general que establezca regulaciones, ya que este no es un problema de privados".
Sofía Brito, vocera provisoria del zonal metropolitano de la CofeU (Coordinadora Feminista Universitaria), fue más allá. "No hemos tenido ninguna relación con el Ministerio de Educación, rechazamos completamente al desentendimiento que tiene el ministro con el tema, quien ha dicho que esta es una cuestión que tienen que regular las universidades y las instituciones educativas. Este es un problema nacional y estructural".
Y si bien Varela se disculpó públicamente tras señalar, hace un par de semanas, que sus hijos eran campeones porque usaban varios condones, las disculpas no fueron suficientes.
Sofía Brito señala que "es inaceptable la forma en que ha guiado esta problemática, entendiéndola también como algo distinto de la calidad, deberían estar marchando por calidad y nosotros creemos que una educación feminista, no sexista es la forma de que la educación tenga una estructura transformadora".
El petitorio
A casi un mes de iniciadas las tomas, el gobierno reaccionó proponiendo líneas de acción. Lo primero será verificar que todas las universidades e instituciones de educación superior tengan protocolos para enfrentar los casos de acoso y abuso, lo segundo, establecer una mesa de trabajo.
La violencia sexual es sólo una parte del problema. Hoy, la CofeU organiza una comisión de petitorio para agrupar las peticiones a nivel nacional y empezar a ver los puntos comunes, el objetivo es lograr una educación no sexista. ¿Qué se busca? Que el lenguaje utilizado en clases sea correcto, que no existan tallas de doble sentido o que se minimice el papel de la mujer, que se aumente la bibliografía de autoras femeninas, que no existan carreras para mujeres y otras para hombres, entre otros.
Si bien mejorar los protocolos es clave, lo que urge es que todas las instituciones cuenten con uno. Universidades como la Católica, Chile, de Concepción, Católica de Valparaíso y la Diego Portales ya lo tienen.
Valentina Gática, presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. Austral, donde partieron las movilizaciones, señala que luego de los tres casos denunciados, en un año van más de cien. "Habían muchos casos de acoso de los profesores a las funcionarias y a las estudiantes, muchas veces esto se encubría por el currículo que tenía el profesor".
En su petitorio, aprobado este miércoles en asamblea, piden, en lineas generales, trabajar sobre el género y la diversidad sexual. "Hay puntos sujetos a revisión, hay que dejar más en concreto algunos aspectos, pero estos van desde temas académicos hasta temas de salud de casos de AVV (abuso, violencia y violación), y también queremos crear secretaría de géneros que hoy no hay", acota.