Cuando decidió hacerse cargo de la Federación de Gimnasia de Chile, muchos creyeron que su época de gloria se había acabado. Pero Tomás González puede caminar y comer chicle a la vez, y ayer se coronó campeón panamericano en suelo.
En la vida no es novedad que muchos hagan dos cosas a la vez, más allá del viejo chiste de que son pocos los que pueden caminar y comer chicle al unísono. Está el entrenador de fútbol, que también es jugador. Como Ryan Giggs, que se daba instrucciones a sí mismo cuando jugaba en el Manchester United. Un crack. Un ídolo.
Pero lo que cuesta de verdad no es hacer dos cosas, sino que lo importante, lo difícil y, a veces, imposible, es efectuarlas bien.
En ese selecto grupo ahora hay que contar a un nuevo miembro de antología, pues Tomás González no sólo es el presidente de la Federación de Gimnasia de Chile, con todo las rabias administrativas, burocrátricas y de escases de recursos que ello significa; sino que también continúa compitiendo como en sus años mozos con tal éxito, que acaba de colgarse un nuevo oro para la patria.
Sí. El flaco de goma ayer fue la figura más rutilante de la delegación nacional en Lima, pues se coronó como coronó campeón del Panamericano de Gimnasia de la capital incaica.
Como es parte de su especialidad, "Tommy" sacó más puntos que nadie en la categoría de suelo y con 14.233 unidades miró para abajo en el podio al cubano Manirque Larduet y al estadounidense Cameron Bock.
Como pulpo
Desde abril del 2017, González decidió dar el gran paso y se convirtió en el mandamás de la federación de gimnasia del país, lo que para muchos era un brinco diferente del artista que casi nos dio un podio histórico en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Con 30 años, el atleta estaba eligiendo la vereda del dirigente, que pasa más en reuniones que en el gimnasio y, obviamente, era cosa de sumar dos más dos para esperar que los logros del hombre del bigote fueran en descenso.
Pero el mejor gimnasta de todos los tiempos que ha dado esta patria elástica no se dejó estar y, cual monje shaolín, mantuvo su disciplina férrea para no abandonar las piruetas en el suelo, las argollas y el caballete.
Y sin arrepentise, además. "Sabía que el ser presidente de la federación me traería muchos problemas y sorpresas, pero no podía estar alegando eternamente por mejoras en la gimnasia. Es mi oportunidad de hacer algo desde adentro y comenzar desde cero", opinó antes de viajar a Lima en una entrevista con DirecTv Sports.
Y, lo importante, es que a la hora de los balances Tomás puede dormise tranquilo con que tanto esfuerzo ha valido la pena. "Hoy para mí es básico poder priorizar el tiempo. Entreno en salto y suelo, pero también trabajo en mi escuela donde tengo un gran equipo y en la federación. No puedes hacer todo, por eso el secreto del éxito siempre estará en poder conformar buenos equipos a tu alrededor", pasó la receta del éxito.