Toñita canta rancheras a lo mero... ¡mapuche!

María Antonia Huentecura Huechunpán nació hace 41 años en la localidad de Peleco, en la comuna de Cañete, en lo más indómito de la Región de la Araucanía, donde la casa vecina queda a varias cuadras.

A los siete años perdió a su papá y a los diez, junto a su madre y hermanos, emigró a Santiago a probar suerte. Desde los 17 que trabaja como asesora del hogar en el barrio alto y hace 20 años que canta rancheras y baladas en la Iglesia Pentecostal Restauración en Cristo, de Cerro Navia.

La gracia es que a Toñita le dio por componer en mapudungún, y ya lleva cinco canciones. Sus temáticas abordan el amor, la liberación y la felicidad.

Sus creaciones son una maravilla, porque al idioma de la gente de la tierra le suma el ritmo de los Charros de Lumaco, el mensaje positivo de Fito Páez y una voz muy parecida a la de Ana Gabriel: "Quizás no tan hermosa, pero con mucho sentimiento, porque yo vivo lo que canto", explicó.

La idea de la mujer es rescatar el legado y cultura del pueblo de Lautaro. "A la gente le llama la atención y aunque no entienden el idioma, cantan igual", contó.

En las giras que María Antonia realiza por iglesias de todo Chile le gusta mirar a su público mientras canta, "disfruto con eso y no falta la persona que sabe mapudungún y me mira con cara de complicidad", explicó.

Su sueño es grabar un disco y lograr ser más famosa, "no por mí, sino que para dar a conocer mi mensaje en todo el mundo".

La discriminación no ha sido problema para ella. "No falta la gente racista que mira medio raro, pero no los tomo en cuenta, soy lo que soy, a mí Dios me hizo así: ¡orgullosa de ser mapuche!".

LE METE CONVERSA A LAS VIEJITAS PARA NO OLVIDAR SU LENGUA

La cantautora es casada y tiene cuatro hijos a quienes les ha tratado de enseñar mapudungún sin mucho éxito, porque "les cuesta y se dan por vencidos". A ella no le costó nada, porque fue su única lengua hasta los diez años, y lucha a muerte para mantenerla.

Cuando viaja a su tierra busca a las viejitas más añosas y les mete conversa porque son las únicas que van quedando que manejan el idioma puro. Antonia reza en español y mapudungún, y está preparando un viaje al sur de dos semanas para que sólo le hablen en mapuche.

NO LE INTERESA GANAR PLATA NI SALIR EN LA TELE

A pesar que María Antonia vive en La Granja, está pendiente del conflicto mapuche que atraviesa su región.

La cantante sufre cuando ve los enfrentamientos en la zona y le hace la cruz a la vía violenta para solucionar el conflicto por lastierras.

Pero no quiere profundizar en el tema; lo de ella es su iglesia y la música. La mayor dificultad que encontró para componer rancheras en mapudungún es que ella se maneja bien hablando y no tanto escribiendo mapuche.

Toñita quiere ser más conocida, pero ni cantando se matricularía a un programa busca talentos, como los que abundan en la tele. "Lo que me interesa es llevar el mensaje, no ganar plata, eso no es para mí", concluyó.

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