Dos errores en los cálculos del trazado bajo tierra marcaron la construcción del túnel de Colina y de paso evitaron que al menos 220 presos se fugaran en patota, ya que retrasaron el término de la obra.
Los cuatro "topos" a cargo del pasadizo secreto se mandaron el primer condoro a comienzos de este año, cuando perdieron el rumbo de las excavaciones y se desviaron 20 metros hacia la cárcel Colina 1.
El manso tony retrasó la obra en un mes y tuvo a Manuel Muñoz, Lucho González, Raúl Vásquez y Héctor Pino a punto de tirar pa' la cola. Sin embargo, su patrón, el reo rematado Ricardo Bouffenais, los llamó desde su celda de Colina 2 y los convenció de que siguieran haciendo el hoyo.
TOPÓGRAFO
Para corregir el error, el preso le ordenó a su conviviente, Claudia Gissela Echeverría, que contratara un experto en topografía. Fue así como la mujer se contactó con un pariente que ayudó a los giles a retomar el rumbo de las excavaciones hacia el patio de tierra del penal. Lo primero que les recomendó fue guiarse con una brújula.
El perico que permitió redirigir la obra ya fue identificado por la policía civil y está siendo investigado por la fiscal Macarena Cañas, de la zona Centro-Norte.
LA CANOA
La segunda metida de patas y que tenía la obra paralizada ocurrió en los últimos días, cuando a los mermeladas se les empezó a mojar el hoyo por culpa de una filtración de agua.
El socavón se les anduvo anegando mientras cruzaban por abajo del canal subterráneo que recorre el muro cortafuego de la cárcel Colina 2.
Antes de que la cuestión se les cayera entera, los "topos" tuvieron que chicotear la tierra con cemento y llamar a su patrón a la cana para que soltara más plata del narcotráfico y comprar impermeabilizantes.
Muñoz, González, Vásquez y Pino estaban esperando las lucas cuando el miércoles en la mañana funcionarios de Investigaciones y Gendarmería allanaron la covacha y se los llevaron en cana.
La fiscal Macarena Cañas dijo ayer que las mediciones que hicieron los detectives establecieron que los "topos" alcanzaron a cavar 90,2 metros y que apenas les faltaron 20 para aparecer al medio del patio de tierra de Colina 2.
Los obreros también tuvieron atados con el pago de su sueldo de 500 lucas mensuales, pero su jefe los aguachó al llamarlos desde la cárcel y prometerles una bonificación extra por terminar pronto el túnel. Además los trabajadores eran regaloneados con comida y otros "favores" que les hacían las parejas de los reos Sergio Santis y Ricardo Bouffenais.
Carlos Godoy S.