“Él no era culpable por haberle llevado un pedido tarde”, lamentó la mujer entre lágrimas.
Un calvario vive la familia del joven repartidor venezolano que fue cruelmente asesinado por un cliente, a fines de diciembre en un edificio de Ñuñoa. El sujeto se molestó por un atraso en la llegada de su pedido.
Heberth Sánchez Cuba venía de Maracaibo, había llegado a Chile hace un año y 7 meses y vivía en Independencia junto a su madre y su hermano menor. Practicaba fútbol y natación.
Según la investigación, el atacante, Tomás Aguirre Martínez (29), lo hirió mortalmente con un cuchillo simplemente porque llegó 13 minutos tarde, como evidencia un chat revelado recientemente.
Trabajaba para su familia y su sueño
“Era un niño cariñoso, alegre, feliz, divertido, con muchas ganas de salir adelante, de surgir”, comentó Hilda Cuba, madre de Heberth, a 24 Horas.
El joven quería ser piloto de avión, dio las pruebas y los exámenes médicos pero no tenía el dinero para pagar sus estudios “No tengo para pagar eso, de decía yo. Me dijo ‘sí, mami, no importa. Vamos a trabajar, salir adelante y algún día lo vamos a lograr’”, relató la dolida mujer.
“Se dedicaba a trabajar, trabajar y trabajar para nosotros tres”, aseguró Hilda, agregando que trabajó antes en un servicentro, pero renunció tras ser víctima de un asalto.
“A un niño joven le arruinaron su vida, su juventud, sus sueños, sus planes y ese hombre tiene que pagar (con) todo el peso de la ley, tanto espiritual como terrenal, porque no había necesidad. Mi hijo no estaba jugando, estaba trabajando y él no era culpable por haberle llevado un pedido tarde”, expresó la madre ante la cámara.
La familia confirmó que se harán parte del caso presentando una querella por homicidio calificado y no descartan invocar Ley Zamudio por un “crimen de odio”.