Hace dos años, Ximena Galaz tuvo que cubrir a su jefa en el instituto profesional donde trabajaba, debido a una licencia por enfermedad. La carga laboral, sumada al estrés de una jefatura, le pasaron la cuenta a la mujer, que comenzó a subir de peso casi sin notarlo.
"Me eché 20 kilos encima que ni con ginecólogo y nutriólogo he podido bajar todavía", cuenta la docente, que, en todo caso, ya se ha sacado 15 kilos de encima, a punta de alimentación sana y ejercicio.
Casos como el de Ximena, desgraciadamente, son pan de cada día, según reveló un informe del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), el que investigó las profesiones que más hacen engordar a quienes las realizan.
Según la investigación, los militares, guardias de seguridad, camioneros, cocineros, manipuladores de alimentos y oficinistas son los que más acumulan rollitos, y todo por culpa de su pega.
Esta información coincide con un estudio realizado por la consultora CareerBuilder en el 2013, que reveló que administrativos, profesores, ingenieros, enfermeras, técnicos informáticos, médicos forense, científicos y operarios también son ocupaciones que hacen engordar.
¿Qué tienen en común? Que en todas estas pegas los horarios son flexibles, por lo que cuesta mantener un horario de alimentación, se trabaja en turnos -lo que desordena el ritmo biológico-, además de ser mayoritariamente sedentarias, y que tampoco dan el tiempo para hacer ejercicio.
Y si a eso se le suma el hecho de que suelen ser profesiones con un alto nivel de estrés, los trabajadores experimentan más ansiedad, usando la comida como válvula de escape. Todo esto explicaría el fenómeno.
Meses a puras manzanas
El inspector (r) José Miguel Vallejo, cuando formaba parte de la Policía de Investigaciones, fue testigo de lo que se afirma en el informe. "Algunos se dejan estar cuando llegan a un cargo, pero cuando quieren postular a otro más alto, como pasar de detective a sub inspector, o directamente a inspector, recién ahí se ponían a dieta, porque uno de los requisitos para postular es no tener sobrepeso", cuenta.
De hecho, comenta un caso que en su tiempo le llamó la atención, debido a lo extremo de los métodos que se usaban para adelgazar. "Recuerdo a un amigo mío que estuvo comiendo manzanas por mucho tiempo para poder bajar 25 kilos, sólo para poder optar a entrar a un curso", cuenta.
Y agrega que "algunos con tendencia a engordar, y que les cuesta mantener el peso, se operaban, ya sea corchetearse o un by-pass gástrico) para seguir ascendiendo".
Autocuidado es vital
Por María Luisa Jiménez, Nutricionista Proyecto IST-BCI
Que un individuo tenga sobrepeso tiene que ver con varios factores asociados. Por un lado, factores genéticos que lo predisponen. Por otro, el estilo de vida: profesiones o trabajos que sometan a la persona a un constante estrés, tendrán influencia negativa en el control de peso.
El estrés aumenta la "hormona cortisol", influenciando negativamente la utilización de grasas del organismo, además de disminuir las defensas y otros problemas de salud asociados. Sistemas de turnos, mucha carga laboral, trabajos muy sedentarios, falta de iniciativa e interés en el autocuidado, ignorancia en los alimentos saludables, se traducirá en un aumento progresivo de la masa grasa corporal, desencadenando -a no largo plazo- sobrepeso, obesidad y enfermedades asociadas, como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, entre otras.
No sólo estos trabajos mencionados anteriormente conllevarán a un estado de sobrepeso, existen muchos otros, que mientras reúnan estos factores serán igualmente perjudiciales. Lo importante es el autocuidado, una persona puede optar por cuidarse si quiere, informándose mejor y aprendiendo más acerca de colaciones saludables, alimentos que debe evitar.