La mañana del 27 de febrero de 2008 alrededor de 30 mujeres de diferentes edades y algunos niños practicaban gimnasia aeróbica en el estadio Municipal de Peñalolén. De un minuto a otro la música y las risas dieron paso a los gritos, el pánico y la tragedia.
A las 9.44 horas una avioneta Cessna 210 de instrucción de Carabineros de Chile despegó del aeródromo Tobalaba con dos tripulantes a bordo, más 4 jóvenes estudiantes de entre 17 y 19 años. Tres minutos después la nave se precipitó al suelo y cayó en medio de la clase de gimnasia. Desde entonces han pasado cuatro gobiernos.
"Ese día marcó nuestras vidas, yo recuerdo que después del estruendo no veía nada y no me podía incorporar porque una compañera estaba sobre mí. Perdí parcialmente la audición de un oído para siempre y un poco la fe", relató a La Cuarta Marcela Tolosa (51), testigo y víctima de accidente.
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Lo que vino después también quiere olvidarlo, señaló la mujer que nunca más volvió a trabajar fuera de su casa.
"Al principio todo el mundo estaba pendiente y con Claudio Orrego (alcalde de la época) se comprometieron a mover el aeródromo, así como ptros políticos en campaña. Después de 10 años no sólo no ha habido un fallo de primera instancia, sino que además todos ellos nos olvidaron", contó con amargura.
"Recibimos apoyo sicológico durante seis meses, un poco de ayuda económica en los primeras atenciones médicas y luego nada. Hoy nos invitan al acto del Día de la Mujer en la municipalidad y a una misa cada 27 de febrero, eso todo", manifestó Marcela.
"Nosotros no olvidamos"
Con rabia contenida explica que una de sus compañeras, Beatriz Fierro, que perdió una pierna y sufrió graves quemaduras, simplemente se habría muerto si su familia no la hubiera apoyado económicamente. "Ella más tarde hasta tuvo que demandar a su isapre, lo bueno es que ganó. Pero ella es la única", agregó.
Reveló que algunos familiares de las víctimas fatales y de los heridos fundaron un club deportivo, que también cumplió 10 años. "Todavía nos reunimos, nosotros no olvidamos", dijo.
Lucinda Villalobos (78) resultó con más del 60% de su cuerpo quemado en el accidente y hasta hoy tiene terribles dolores físicos y del alma, según manifestó.
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"Mis heridas curaron por encima nomás, porque por debajo sufro igual. Muchas veces me preguntó por qué Dios me dejó viva si quedaría así", señaló con un dejo de tristeza la señora Lucinda.
Reveló que tiene injertos en el rostro, las manos y el cuerpo y que si no fuera por sus hijos nunca se habría recuperado. "Ellos pagaron hasta los médicos a la casa y ahora con mi pensión de $200 mil yo misma costeo las cremas que son carísimas, ninguna cuesta menos de $15 mil, ¿cómo vivo, dígame usted?", preguntó.
Al final dice que está cansada y muy desilusionada de todo porque "la justicia no es igual para todos en Chile, nosotros no somos poderosos y por eso los jueces se han tomado casi 10 años en tomar una decisión. Después el Estado irá a apelar y así nos moriremos, seguirá pasando el tiempo y nunca tendremos justicia", sostuvo la mujer.
El largo y tortuoso juicio
La investigación de la Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC, concluyó que el accidente tuvo su origen en causas mecánicas y humanas.
Los familiares de las víctimas fatales y los heridos demandaron civilmente al Estado el 22 de enero del año 2009, en el 27o. Juzgado Civil de Santiago.
Hasta el día de hoy no ha habido fallo de primera instancia.
El abogado Alfredo Morgado ha sido uno de los profesionales visibles de esta causa y señaló a La Cuarta que hace más de un año la justicia anunció que habría un veredicto, pero que no ocurrió.
"La siguiente fecha fue el 2 de abril pasado y la última que nos entregaron es este lunes 9. Tenemos esperanza que esta vez se concrete por el bien de los familiares de las personas que murieron y los heridos que han tenido escasa ayuda", señaló.
Alcaldesa Leitao: "Hay una deuda histórica"
La actual edil de Peñalolén, Carolina Leitao, manifestó a La Cuarta que este accidente "ha sido uno de los episodios más dolorosos en la historia de la comuna".
La autoridad reconoció que "hay una deuda histórica con las víctimas y familias. Este es un proceso que lleva 10 años, donde el Fisco ha sido extremadamente inflexible con el dolor y la pérdida de estas personas".
Agregó que "aún no se ha indemnizado a los vecinos afectados ni las familias de las víctimas. Si bien esto no subsanará el tremendo dolor por las pérdidas, por lo menos los ayudará para seguir con sus tratamientos médicos y los enormes gastos económicos en que han debido incurrir todos estos años para tratar de recuperarse", explicó.
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