SANTIAGO.- El viernes 2 de septiembre del 2011, a eso de las 17:30 horas, los integrantes del programa Calle 7 se preparaban para una nueva jornada de competencias, bailes y canturreo.
El griterío del público, los productores dando órdenes como locos y las chicas lindas sonriendo a la cámara hacían presagiar una jornada normal y un término de semana como cualquier otro. Sin embargo, ese fue el día más triste de la historia del programa y de la televisión chilena en general.
"Parecía que todo estaba normal, aunque veía a unos productores con cara muy rara. No me avisaban nada y yo tenía que seguir animando aunque sabía que algo raro pasaba. Fueron los 15 minutos más intensos de mi vida televisiva", comentó a Lacuarta.com Jean Philippe Cretton, animador del cocido juvenil.
Fue el mismo Jean Philippe el encargado de dar a conocer al país que en las cercanías del archipiélago Juan Fernández una avioneta de la Fuerza Aérea de Chile que trasladaba a 21 personas – cinco de ellos miembros de TVN- se precipitó al mar.
A pesar de que en todos los canales de televisión, las radios y los portales de internet ya se hablaban de una tragedia sin precedentes, en Televisión Nacional de Chile se “aguantó” la noticia hasta último momento. El círculo de hierro del canal aún se guardaba la esperanza de que cambiaran las cosas por lo que se mantuvo la programación.
Como una forma de darle cierto toque de normalidad a la jornada, en Calle 7 continuaba el baile y la competencia, aunque algunos miembros del equipo escuchaban con audífonos la información entregada por la radio.
“No podíamos hacernos los giles con lo que pasaba y al final me ordenaron dar la noticia. Fue terrible. Nos afectó a todos porque sentíamos muy cercanos a las personas que viajaban en el avión”, comentó el animador del programa de concursos.
SIN CONSUELO
Cuando TVN reconoció públicamente que parte de su equipo estaba en el avión CASA 212 que cayó al mar se vivieron escenas que sorprendieron hasta al más rudo que pasó esa maldita tarde en el canal de “todos los chilenos”.
“Yo era coanimador del programa y mientras se vivía la tragedia teníamos que seguir subiendo el ánimo de las competencias pero con un dolor enorme. Mientras hacía los gritos típicos de la competencia veía a los productores y participantes pegados al celular para ver qué pasaba”, comentó Juan Pedro Verdier, uno de los primeros en enterarse que algo malo pasaba en el archipiélago.
De ahí en adelante, a eso de las 19:30 horas, los pasillos de TVN eran desolación pura. Ya oscurecía y el dolor se apoderaba de la estación televisiva.
Esa noche, un ejecutivo del canal subía corriendo las escaleras. Antes de sortear los torniquetes de acceso se cruzó con un guardia. No fue el saludo de siempre. Ambos se fundieron en un abrazo que duró más de tres minutos. Ese día el canal completo ya estaba de luto.
DESESPERADOS
En el piso menos uno de Televisión Nacional de Chile, el equipo del Buenos Días a Todos se reunía de urgencia con la secreta esperanza de recibir noticias positivas de sus compañeros: Felipe Camiroaga, Roberto Bruce, Sylvia Slier, Carolina Gatica y Rodrigo Cabezón.
Sentados en círculo, en un doloroso silencio y con café en mano, Ricarte Soto, Mauricio Correa y Juan Carlos Díaz miran la televisión y escuchan la radio. Las noticias son horrorosas. A esa hora el alcalde de Juan Fernández, Leopoldo González, aseguraba que no había sobrevivientes y que al avión se lo había tragado el mar.
Correa se pone de pie y golpea una de las puertas de acceso a la oficina del matinal. Todos sabían que el destino de uno de los programas de televisión más exitosos de la historia de Chile cambiaba para siempre.
“Fue un momento difícil para todos. Felipe significaba mucho para todos los trabajadores de TVN y de la televisión en general. Era un referente y un ídolo para mí. Dar una mala noticia que lo involucrara fue lo más terrible que he vivido”, sentenció Jean Philippe Cretton.