La catástrofe que además dejó más de 70 heridos se produjo por una toma clandestina de combustible.
Al menos 67 fallecidos y 76 heridos dejó una explosión en una toma clandestina de gasolina en Tlahuelilpael en el estado mexicano de Hidalgo.
La tragedia se desató ayer, luego que centenares de personas se agolparan en un oleoducto para robar combustible de la fuga provocada a media tarde del viernes.
"Hoy se enluta, y se enluta México, con la muerte de estas personas", dijo el gobernador del estado, Omar Fayad, antes de dar a conocer la cifra preliminar de víctimas.
Desde Chile, el Gobierno manifestó su "solidaridad" a México y al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y lamentó "la tragedia ocurrida en Thahuelilpan, que ha cobrado la vida de decenas de personas".
Desde la Cancillería chilena, además, confirmaron que no hay reportes de chilenos afectados y que la embajada "se encuentra monitoreando la situación".
Huachicoleo. El Mandatario mexicano hizo un llamado ayer a detener esta modalidad de robo de combustibles: "Aunque duela mucho tenemos que seguir con el plan de acabar con los robos de combustible".
Conocida como el "huachicoleo", esta técnica de robo, que cuenta con 30 años en el país azteca, se trata de grupos organizados que se dedican al robo de combustibles en grandes cantidades para luego venderlos de forma clandestina. Opera al desenterrar ductos con una retroexcavadora, para luego traspasar el contenido del oleoducto a camiones cisternas.
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