Joven transexual Carla González: "Mi mamá sólo es mi progenitora"

Hace dos años Carla González Aranda respondía a un nombre masculino. Tenía 17 años y sin la autorización de sus padres se las ingenió para comenzar a recibir un tratamiento hormonal para que su cuerpo reflejara el género femenino al cual pertenece, porque era menor de edad y en su familia no la apoyaron.

En la casa donde creció son evangélicos y la joven también profesa esa religión, que es lo único que comparte ahora con su madre, la mediática activista "pro familia" que promovió al autodenominado "bus de la libertad", que, en julio, recorrió algunas ciudades de Chile, propagando su mensaje en contra de la educación temprana de la diversidad sexual.

El miércoles se supo que la hija de Marcela era la encarnación de lo que la mujer combate, y que ayer iba a hacer pública su condición.

Aranda reaccionó y mandó un comunicado que dice: "No haré ningún comentario sobe mi hijo, a quien amo con el mismo amor que Dios nos ama, con un amor que nunca deja de ser, sin condiciones... Siempre voy a proteger a mi hijo, por lo que no participaré de esta maquinación".

Abandono

Ayer Carla llegó a la sede del Movilh, en el centro de Santiago, acompañada de una mujer, quien es su pareja, porque identidad de género no es lo mismo que orientación sexual, por si no lo sabía.

Puntualmente se dirigió a la prensa, que repletó una salita en el segundo piso de la casa de calle Coquimbo, y escudada por el histórico líder de la organización, Rolando Jiménez, manifestó que su intención al hacer público su caso era "brindad apoyo a las personas que están pasando una situación parecida (a la mía), y que sepan que se puede salir adelante sin importar las circunstancias".

Agregó que hace tres años que no veía a su mamá y que hace cuatro meses se acercó al Movilh a pedir orientación para realizar los trámites legales de cambio de sexo.

"La última vez que conversé con ella no la recuerdo, mi vida ha sido normal, con las dificultades que una persona como yo puede tener con una persona como ella", dijo sobre Aranda, y en cuanto a la influencia que pudo tener el mediático bus en su declaración, explicó que no tuvo relación.

"Hace tres años que me puedo expresar con mi identidad de género, después que me alejé de mi mama", agregó, y sobre la postura de Marcela dijo: "La conozco y no puedo negar su derecho a expresarse".

Carla también habló de lo que siente cuando la activista conservadora se refiriera a ella como "hijo". Dijo que eso la hacía sentir "muy mal".

La joven, luego de dejar la casa familiar, comenzó su tratamiento hormonal, y mencionó que de sus cercanos no recibió apoyo.

"Empecé de manera tardía, antes yo tenía una vida y te da una sensación de que se te cae todo el mundo, que vas a perder todo hacia atrás y ahí es cuando uno necesita el apoyo de la familia, pero en mi caso tuve el apoyo de la familia de mi pareja, de amigos y del Movilh".

Tan distante es la relación que tiene Carla con Marcela que la muchacha manifestó que "mi mamá es mi progenitora, ya no es mi familia, yo no tengo nada que hablar con ella... Le tengo afecto, pero no me relaciono hace mucho con ella y no la conozco ahora... a mí no me afecta la opinión de mi mamá, porque no se relaciona directamente conmigo", dijo.

De paso, se refirió a su condición de evangélica. "Dejé de ir a la iglesia, pero aún creo porque la religión dice que Dios ama a todos, y con eso me quedo", expresó.

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