Tras la muerte del barbón se viene el terror

Hace unos días Wikileaks, la página web que sapea toda la información gubernamental y que ha generado los mansos escándalos en el mundo, tiró la carne a la parrilla y lanzó un anunció que deja helada hasta a una hormiga: La red terrorista Al Qaeda hará estallar una bomba nuclear en caso de que su líder, Osama Bin Laden, fuera atrapado.

La información oficial de que el autor intelectual del atentado a las Torres Gemelas murió en una balacera provocó la alarma mundial, ya que se podría hacer efectiva la amenaza de dejar la crema con algún bombazo. Esta madrugada los gringos ya habían decretado alerta aérea. Y no es pa' menos.

Según documentos desclasificados por la página Wikileaks y publicados hace una semana, la bombita estaría escondida en Europa y desencadenará "una tempestad nuclear infernal", de acuerdo a lo afirmado por Jalid Sheij Mohamed, número tres de Al Qaeda. Así lo detalló el diario Daily Telegraph, que tuvo acceso a estos documentos secretos del Pentágono.

Pa' que sepa, Sheij Mohammed, autoproclamado organizador de los atentados del 11 de septiembre de 2001, está desde 2006 en la prisión estadounidense de Guantánamo y debe ser juzgado por un tribunal militar en esta base militar.

A la vez, el sitio web de la revista alemana Der Spiegel publicó que el mismo Mohamed estaba preparando en 2002 un atentado similar al que destruyó las Torres Gemelas, en el aeropuerto londinense de Heathrow.

Varios periódicos internacionales han tenido acceso a documentos de la justicia estadounidense captados por Wikileaks y donde se detalla el recorrido de 779 personas que desde 2002 han estado en Guantánamo.

Se ha especulado que la organización terrorista ETA, un grupo vasco que ha causado temor en España y en el Viejo Continente, tendría el artefacto nuclear listo para ser detonado. Y las sedes diplomáticas de Estados Unidos, obviamente, serían el objetivo.

Pese a los temores, la idea de pitearse a Bin Laden era una obsesión para los gringos. Los anuncios de la bomba nunca fue un impedimiento para dar con el barbón, justo a 10 años del atentado que derrumbó las famosas torres.

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