Las familias temen ser víctimas de algún tipo de extorsión como ha ocurrido en otras regiones del país. “No sabemos qué tan peligrosos son”, revelaron desde Gendarmería.
Desde mediados del año pasado, diez integrantes de la banda delictiva venezolana Tren de Aragua están recluidos en la cárcel de Huachalalume en La Serena. Por este motivo, familiares de los internos nacionales temen ser víctimas de extorsión.
Cabe recordar que ya ha pasado este tipo de situaciones en otros lugares de Chile. Desde Gendarmería aclaran que hasta el momento, los reclusos no han generado ningún problema.
“Creo que en otras cárceles del país se estaría empezando a dar (esas situaciones), por lo que se han generado conflictos con algunos internos chilenos. Una señora colombiana dice que en su país, los familiares deben hacer rifas para pagar lo que le cobran los del ‘Tren de Aragua’ a los internos”, relató Andrea, familiar de un interno de Huachalalume, según información publicada por Biobío.
“No sabemos qué tan peligrosos son”
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes (ANSOG), Provincial Elqui, y secretario de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP), Jokan Garrido, reveló que incluso estuvo recluido en la cárcel serenense uno de los cabecillas de la banda, pero que ya fue trasladado a la Unidad de Alta Seguridad de la región Metropolitana.
“No sabemos qué tan peligrosos son, porque no se cuenta con antecedentes previos de ellos, pues la mayoría ingresó por un paso no autorizado”, explicó el profesional.
Además, añadió que los reclusos se encuentran dispersos en diferentes módulos. “No los tenemos a todos juntos y, por lo mismo, no hemos tenido mayores dificultades entre los internos con esa población penal que llegó”.
En esta misma línea, agregó que: “Como la mayoría, son internos imputados, y mientras dure la investigación se mantienen en el lugar en que cometieron el delito. Por eso, cuando ya son condenados, pueden trasladarse a otro recinto o a regiones”.
Desde la institución, dicen además que se debe hacer la diferencia entre los venezolanos detenidos y los que verdaderamente pertenecen a esta organización delictual.
“Nosotros hacemos nuestro trabajo. Considere que es un funcionario para 80 o 120 internos en los módulos, y siempre estamos cumpliendo con nuestra labor sin importar que tan peligroso sean”, sostiene Garrido.
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