¡Volvió el Cacique! Al ritmo del "Pajarito", Octavio Rivero y Esteban Paredes, Colo Colo le ganó mirando pa' atrás a Universidad de Concepción. En la Ruca El Campanil trató de aguantar lo que más pudo en la primera mitad de la mocha, pero en el segundo tiempo...
Con un invento de Jaime Valdés por el sector izquierdo, Octavio Rivero lo único que tuvo que hacer fue poner su patita e ir directamente a abrazar al genio del "Pajarito". Eso a los 52', y solo seis minutetes después el uruguayo se vistió de asistidor y le dejó en bandeja de oro el plato pa'l killer del torneo: Esteban Paredes. Pero eso no fue todo, pues a los 87' nuevamente el "Súper Tanker" con un sutil toque colocó la lápida.
3-0 y la punta exclusiva del torneo de Clausura. Tras la derrota de Deportes Iquique frente a Huachipato, Colo Colo podrá dormir plácidamente hoy, ya que ni Unión Española ni Everton lo podrán pillar. Con 21 puntos, el Albo mira de reojo la 32.
PERO, ¿POR QUÉ EL ETERNO VOLVIÓ AL TRIUNFO?
Sabido es que las mochas contra U. de Conce, hace rato, son más que un simple partido pa'l Colo. Por eso se notó que Pablo Guede estudió bien al rival y no dejó ningún detalle al azar. Y ojo, porque las claves de la victoria estuvieron desde el fondo del equipo hasta los delanteros.
Peperos, la que tienen la meten: Octavio Rivero venía encendido luego del superclásico. Y eso volvió a notarse sobre el césped del Monumental. Y pa' que hablar del eterno Esteban Paredes. Sin brillar como en otras jornadas, igual sumó dos nuevas pepas en su historial. Ahora se transformó en el exclusivo goleador del torneo con ocho goles.
"Pajarito" como el vino: Jaime Valdés fue el motor y creador del Cacique. En todo momento se vio participativo del juego y fue él quien comandó la victoria. En el primer gol dejó botado a cuanto defensa se le puso en el camino. Además, sus 36 primaveras ni se le notan. Lo malo, eso sí, es que salió cojeando.
Paulo Garcés demostró porqué renovó hasta 2019: Era una mocha peluda pa'l "Halcón". Después de la embarrada en el derby del fútbol chileno, Garcés tenía que demostrar que lo ocurrido solo fue un accidente. Y en las que tuvo que poner las manos, mostró que no había ni un gramo de mantequilla. Seguro y con confianza se afianzó en la portería del Popular.