Trombosis venosa: La cara fea de los viajes largos en avión

Por Karen Punaro Majluf

Para la mayoría de las personas el pegarse un piquecito a Europa es un sueño por realizar. Recorrer las calles medievales de España, conocer el Coliseo romano, empaparse del romanticismo parisino, deleitarse con la estructura de Praga o bailar hasta el amanecer en Amsterdam son el resultado de un largo viaje. Pero, ¿qué puede pasar mientras realizamos el eterno trayecto en avión?

Hay factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar una trombosis venosa, una de ellas es la de realizar viajes largos sin periodos frecuentes de movimiento de las piernas.

El exceso de peso, tabaquismo, cruzar las piernas por periodos largos, inactividad, uso de anticonceptivos orales o lesiones, aumentan el riesgo de formar un trombo durante el viaje.

El problema radica en la inmovilidad por periodos largos, ya que la correcta circulación de las venas se ve favorecida gracias al movimiento muscular que se realiza al caminar.

Acá van unos tips que ayudan a prevenir este mal:

* Si tiene uno o varios de los factores de riesgo antes mencionados, y planeas hacer un viaje largo, consulte con su médico, para reducir los riesgos.

* Si viaja en avión frecuentemente (viajes largos), procure realizar paseos a lo largo de los pasillos, por lo menos cada 2 horas por 15 minutos.

* Use medias elásticas de compresión para favorecer la circulación y evite el uso de ropas muy apretadas.

* Si en su familia hay historial de trombosis, visite a un especialista para evaluar el riesgo de sufrir una trombosis venosa.

* Procure beber suficientes líquidos durante el viaje, evitando el alcohol.

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