¡Uf! Cracks volvieron a La Legua en pleno allanamiento

Los orgullosos vecinos de La Legua se levantaron ayer de madrugada para darles la bienvenida a sus campeones. Nunca los suyos habían llegado tan lejos ni alzado sobre el estigma de su conflictiva condición de paradigma del crimen, la rama de laureles que ciñen sobre sus frentes sólo los vencedores.

El seleccionado sub 13 de la Escuela de Fútbol "Bam Bam" Zamorano regresaba desde España luego de vencer por 3-2 a su similar del Real Madrid, en el estadio Santiago Bernabéu.

A la salida del aeropuerto decenas de familiares y amigos los esperaban para llorar junto a ellos la alegría del papel picado, la serpentina, el trompeteo y abrazar el futuro. Quizás una nueva vida. En medio de la multitud, un grupo de sombras, extrañas al festejo, escudriñaba un rostro. Apenas los campeones abandonaron la salida internacional, estallaron los vítores y los niños fueron alzados en andas por sus parciales, los funcionarios de la Brigada Antinarcóticos de la PDI se abalanzaron sobre Víctor Carrasco Acevedo (24), alias el "Pulga", uno de los narcotraficantes más buscados de La Legua y lo arrastraron hasta una camioneta.

En ese instante los jóvenes deportistas comenzaron a sentir en su paladar el amargo sabor que produce el retorno a la realidad. No sólo regresaban a Chile. Peor aún: Volvían a La Legua.

Ya en el barrio el desfile de la victoria convirtió en las calles en un carnaval. Abría la marcha el capitán del equipo, Claudio Donoso, con la copa alzada sobre su cabeza, mientras los parlantes derramaban sobre el festejo popular los acordes de "El Crack", de Los Miserables, que fue coreado por todo el equipo. El desfile llegó hasta Jorge Canning y Santa Catalina.

"Zapatillas rotas/ cara sucia y los retos de mamá/pero es lindo jugar/ y en sus mente imaginar/ que las calles son estadios/ y las balas papel picado/las sirenas eran cantos/ y un gol ahogaba el llanto".

Pero en la esquina nuevamente los esperaba La Legua bajo la forma de decenas de carabineros que empuñaban armamento automático, cubrían sus cuerpos con chalecos antibalas y se parapetaban tras los postes o los carros blindados. El fiscal Álex Cortés había ordenado cortar el tránsito vehicular, mientras duraba uno más de los tantos allanamientos en el sector. No se podía circular por Santa Catalina hacia el sur. Policías impedían la marcha, mientras armas y municiones decomisadas eran trasladadas en un furgón hacia la Quincuagésima Comisaría. Por algunos minutos los gritos se apagaron. La magia se rompió. La ilusión pareció estancada. Pero se reanudaron la fiesta y los cantos, los "sueños de niñez".

Es que La Legua no es sólo allanamiento, droga y balas. También es tierra de campeones.

"COMENZAMOS A VIVIR LA REALIDAD"

Vestidos con la camiseta del Real Madrid y tirándole besos a las cámaras, llegaron a las 9 de la mañana los pequeños cracks de La Legua que le dieron un baile a la sub 13 merengue en el Santiago Bernabéu.

"Siempre se destacan las cosas negativas de este sector. Por eso rescato el ejemplo de estos chicos, que nos demuestran que todos tienen derecho a soñar con una oportunidad", verseó Iván Zamorano en la bienvenida.

Buenos deseos que se mantuvieron en el emotivo reencuentro de los cracks con sus familias y la ruidosa recepción que les tributaron sus vecinos, amigos y la prensa.

Al ver la pobla virtualmente tomada por la policía, Jaime Lizama, el DT del equipo, se percató que Madrid ya era parte del pasado. "Ya comenzamos a vivir la realidad de La Legua. Ojalá las autoridades no esperen otro triunfo para que se preocupen por nosotros".

Sus pupilos, como el goleador Ariel Cabello, arengaban a los más jóvenes gritando que "con la mente y el deporte se le gana a la droga".

"Kaká bajó el vidrio del auto para conversar conmigo y me dijo que siguiera por el mismo camino, que llegara al Real Madrid", contó entusiasmado Johnatan Moya, otro de los valores del equipo.

J. Sánchez/M. Vega.

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