Rellenos faciales, recuperaciones cortas, apariencias naturales y el aumento de pacientes masculinos la llevan este 2019.
Hace 20 años quien nacía con una cara poco agraciada o sufría prematuramente el arrugamiento del paño, tenía como única opción la resiliencia.
Es que las cirugías plásticas costaban un ojo de la cara y dejaban el otro colgando.
Desde el año 2000 la cosa cambió y lo demuestran las cifras. La Sociedad Americana de Cirujanos, reveló que el número de intervenciones y tratamientos estéticos mínimamente invasivos tuvo un aumento 200%, en las últimas dos décadas.
¿Por qué? Primero, el avance de la tecnología dio paso al abaratamiento de costos y segundo, pero no menos importante, es la irrupción de la selfie.
"Actualmente, los pacientes están expuestos constantemente a íconos de perfección en las redes sociales. Esto es más evidente en las personas jóvenes, quienes inconscientemente van haciéndose más exigentes en su autoimagen. Esto nos propone un desafío a los cirujanos plásticos, ya que tenemos que cumplir con estas solicitudes de la manera más efectiva, segura y menos invasiva posible", dijo Rolando González Ciriano, cirujano plástico acreditado, jefe del equipo de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Quemados del Hospital Padre Alberto Hurtado y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo.
El doc hizo un alto en sus labores y entregó a La Cuarta su percepción de las tendencias de vanguardia que estarán a la orden durante este 2019 y las principales novedades que llegan al mercado.
Tendencias globales
Rellenos faciales: Las intervenciones más populares son las inyectables y láseres. Son de carácter ambulatorias y no tardan más de un par de horas en hacer visibles los cambios. Hablamos del ácido hialurónico y el lipoinjerto facial, que cada vez se introduce con más fuerza. Destacan por ser de carácter progresivo, viendo la evolución, sesión tras sesión, con el fin de evitar cambios irrevocables como pasaba antes.
Apariencia natural: Hoy nadie quiere verse evidentemente intervenido. Por ejemplo, en estos días el aumento mamario requerido es moderado y elegante, a diferencia de hace un par de décadas. En esta misma línea el injerto de grasa ha logrado un espacio en las cirugías. Estos cambios, también, han logrado que más hombres de atrevan a hacerse un arreglín.
Las intervenciones que se abren camino
Prolabio: Esta intervención consiste en acortar el espacio entre la nariz y el labio. Es una petición que cada vez adquiere más popularidad para resolver la apariencia de "boca de abuelo", que desaparece con una incisión que se oculta bajo la nariz y el levantamiento de la boca, sin ninguna sustancia externa.
Bichectomía: Afinar el rostro es un sueño que hasta hace unos años era recomplicado. Pero, en estos días la bichectomía la rompe, sobre todo entre las mujeres. Consiste en remover parte del tejido graso de las mejillas para revertir la apariencia de "cara redonda".
Lobuloplastía: Hace algún tiempo las madres sufrían cuando uno de sus querubines aparecía con expansiones en las orejas, "eso no tiene vuelta", decían. Este drama y las deformaciones que sufre esta parte del cuerpo por usar aros pesados pueden ser corregido ambulatoriamente y con mínimas molestias.
Vaginoplastía: El paso del tiempo es implacable con todo el cuerpo, particularmente, el que está expuesto al sol. Pero hay una zona que aunque no sea tocada por los rayos UV, pierde tonicidad a través de los años y con los partos. Por eso, la vaginoplastía es muy solicitada porque representa la fuente de la juventud para las mujeres.
Dimpleplastía: Es una tendencia reciente entre los millennials, que buscan producir los pliegues de las comisuras, conocidas como "margaritas". "Se realiza por dentro de la boca, es un procedimiento ambulatorio, pero con resultados discretos y no muy naturales en muchos casos, dado que estas "margaritas" son visibles aún sin sonreír", explicó el doctor González.
Rejuvenecimiento de manos: Las manos , tal como el rostro, es una de las zonas del cuerpo más expuestas a los daños que provoca el medio ambiente. Con el tiempo, los químicos, el sol y el mismo paso de los años, adelgazan el dorso de las manos. Cuando las cremas ya no tienen los efectos deseados, las personas recurren al doc.