La edil de la ciudad, Macarena Ripamonti, comentó los motivos del reemplazo y las alternativas para sustituir el show pirotécnico.
Durante la semana, la Municipalidad de Viña del Mar, a cargo de la alcaldesa Macarena Ripamonti, ya había anunciado que 2022 sería el último año con fuegos artificiales para recibir las fiestas de Año Nuevo en la ciudad.
Y este sábado, la edil volvió a referirse a este tópico en un punto de prensa, en el que comentó el balance de su administración en torno a las celebraciones.
Según expresó, “se tienen que barajar más opciones”, debido a que “esto que amamos, que dura 20 minutos y que sale 500 millones de pesos, tiene ciertas externalidades y como sociedad podríamos tolerarlo o no, pero nosotros escribimos un programa que es público, que no solo tenía propuestas electorales para seducir a las personas, sino que tenía un catálogo de valores”.
Y sobre esto último, comentó que la realización del espectáculo pirotécnico “entra en contradicción” con los valores del programa con el que fue electa, debido que los fuegos artificiales pueden molestar a personas con Condición del Espectro Autista (CEA), animales y aportan al deterioro del medioambiente.
Junto con ello, añadió que “gran parte de la comunidad manifiesta que este show tan maravilloso, luego termina siendo, para algunas familias, algo que no dura 20 minutos, sino una noche de pesadillas”.
Respecto al reemplazo que sustituiría a la pirotecnia, Ripamonti comentó que su municipio está dispuesto a trabajar en conjunto con los de Valparaíso y Concón para efectuar “las mejores colaboraciones con el resto de los alcaldes y hacer un evento maravilloso de vanguardia para quienes nos quieran visitar el próximo año”.
Y frente a la incertidumbre de los sectores comerciales y de turismo en torno al cambio en la forma de celebrar las fiestas, sentenció que “si se presenta un buen plan estratégico y serio, que tenga posibilidades de ejecutarse, te aseguro que se van a terminar subiendo al carro”.