La discriminación y la xenofobia: Ambas lacras fueron incluídas como sanción y las penas para los que griten este tipo de ofensas serán multas de 1 a 25 UTM (un guatoncito), y 1 a 2 años sin ir al estadio. ¡Doloroso!
El intendente la lleva: El jefe regional ahora podrá rechazar una programación si cree que puede quedar la mansaca o revocar la autorización si cacha que habrá atados. ¿Y la Anfp? Chao.
Secuestro de buses: Es el nuevo délito que se incorporó en la ley, para evitar desmanes en banderazos, traslados y festejos. Además, la normativa vigilará los entrenamientos.
Cuatro años por tevé: Las penas para los délitos e infracciones cometidos en un estadio van a dejar a los tontitos de siempre sin ir a la cancha de 12 a 48 meses. Por w..., perdón, ¡por giles!
Puertas para todos: Los clubes deberán colocar ingresos diferenciados para grupos familiares, papás corazón, tatitas vitaminas y personas con capacidades diferentes.
¡Paga!: Si los clubes no cumplen con todo lo que le soliciten las autoridades para garantizar la seguridad del espectáculo, deberán tirar un chirimoyo que puede ir de una a mil UTM (43 palitos).
Respete al guardia: Ahora los hombres de chaqueta flúor podrán revisar bolsos y evitar que una persona entre al estadio, si se pone cuática. Si no cumplen, el club pagará una multa.
Anfp no puede guatear: Los creativos que programan el fútbol deberán trabajar mucho en diciembre y mayo, porque deben entregar el fixture completito a las autoridades con antelación.
Orden y patria: Los Carabineros serán los "supervigilantes" de toda esta normativa y el derecho de admisión será "solidario". O sea, si no lo dejan entrar al Monu, no podrá ingresar a ningún recinto.