Veintiún vehículos de lujo -incluido un Porsche-, casonas en El Tabo y El Quisco, un campito en Yungay, una mansión en Freire, cuentas corrientes, armas, teles gigantes, dos automotoras, un gimnasio, taxis colectivos, una moto y viviendas en Puente Alto, San Bernardo y El Bosque, son parte de la fortuna de 1.000 millones de pesos que tenían "Los Guatones". A estos bienes se suman la escuela de lenguaje en La Pintana y el templo evangélico ubicado en San Francisco con Vecinal Norte, en La Pintana.
Para disimular el origen ilícito de los bienes, según la Fiscalía, Sergio Carte utilizaba como testaferros a su esposa Natalia Cid, al mecánico Agustín Yáñez, alias el "Monsieur"; al ayudante de éste, Nicolás Palma, "el Gato Cósmico", y a su madre, la viuda Rosa Rivas.
Sin embargo, los principales palos blancos de "Los Guatones", de acuerdo a la investigación, eran el "tinterillo" Hernando Marín Opazo, el pastor Patricio Araya, el "Hermano Pato", y la cónyuge de éste, Mary Palma. Los tres figuran como dueños de una cabaña en El Quisco y de varios tocomochos, uno de los cuales fue vendido por el "Hermano Pato" para comprar un cargamento de cocaína.
Gisely Huaiquimil, pareja de Víctor Carte, también prestó su nombre para inscribir una parcela en Freire, la que tenía una muralla hecha con puros billetes de una y dos lucas.