Cinco horas de incertidumbre vivió un avión Air Canadá con 128 pasajeros, algo que el mundo sufrió también en directo. Una falla con el tren de aterrizaje y un motor apagado encendieron las alarmas en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, pero la pericia del piloto permitió que todos resultaran ilesos. Él sólo pedía... "calma".
Un avión da vueltas y vueltas en el aire esperando que el combustible se gaste. Lleva casi cinco horas girando. Abajo el Aeropuerto Internacional Barajas. El avión tiene una falla en el tren de aterrizaje. El mundo en vilo, esperando el desenlace. Y el piloto pide... "calma".
El Planeta tiene un nuevo héroe. Uno de ego controlado y con nervios de acero. Es que el aterrizaje terminó siendo perfecto, lo que generó un mundo de alabanzas para la capacidad del piloto del Air Canadá, que tenía 128 pasajeros bajo su responsabilidad.
Mientras un caza F-18 vigilaba de cerca el angustiante tránsito de la areonave, el comandante del avión transparentaba la información: "Vamos a aterrizar en el aeropuerto de Barajas en Madrid, pero como les hemos explicado tenemos los tanques llenos de combustible así que vamos a continuar circulando por el aire hasta poder gastar un poco de ese combustible para estar más ligeritos en el momento del aterrizaje".
El aparato, un Boeing 767 del vuelo Air Canada AC837 con destino a Toronto, sufrió algún daño en una rueda al despegar, complicado con un problema en el motor izquierdo, "y quemó combustible para poder efectuar un aterrizaje de emergencia", informaron fuentes de Enaire, el organismo encargado del control aéreo según el diario El País, de España.
"Todo está bajo control. Hemos perdido solamente una rueda en la parte izquierda del avión (un total de 10). Nos quedan todas las demás así que no habrá problemas para el aterrizaje, muchísimas gracias por su paciencia y su comprensión", añadió el piloto.
Dispuestos numerosos dispositivos para recibir a los viajeros, finalmente todo terminó en aplausos por la hazaña.