"Vatos Locos" se juran violentos pandilleros, pero apenas les da para domésticos

Cobran peaje, pelan celulares, mochilas y hasta las pilchas a sus propios vecinos. Lo hacen incluso a plena luz del día, a punta de pistolones o filudas quiscas. Son enteros domésticos. Tóxicos.

Se trata de los "Vatos Locos",  brava pandilla que desde hace cinco años tiene con el alma en un hilo a los habitantes de la Villa San Francisco de Asís de Puente Alto.

Cuentan los pobladores que son seis hermanos los que la llevan, y que todos se graduaron de patitos malos cuando sus mamitas aún les limpiaban el tambembe.

Hoy tienen más de 18 años y se les han unido nuevos integrantes. Puros cabros chicos que ven en esos ilícitos un lucrativo negocio.

Según la policía, desarrollan además actividades vinculadas al microtráfico, lo que los hace más temidos por la gente honesta que debe lidiar a diario con ellos. Se les atribuyen cuatro homicidios.

FINITOS

"Los Vatos Locos" se pasan rollos con la ultra violencia desde que vieron en un home theater de 60 pulgadas la película "Sangre por Sangre", de 1993.

Dirigida por Taylor Hackford, el mismo de "Oficial y Caballero", la cinta relata la historia de tres primos que crecen como hermanos entre la violencia de las bandas del este de Los Ángeles, Estados Unidos.

A poco andar, sus vidas se separan en tres caminos: Uno entra en la brigada antidroga, otro cae en las redes de las brutales pandillas de San Quintín, y el tercero, en el  mundo de la drogadicción. Pero el honor y sus lazos de sangre mantendrán siempre sus vidas interrelacionadas, al tiempo que cada uno luchará por conseguir respeto y poder entre sus pares, pero de manera violenta.

Y como la realidad supera a la ficción, quienes se atrevieron a denunciar a los "Vatos Locos", sufrieron toda clase de amenazas. La más común: "Reventar" la casa del "sapo" que se fue de tollo.

CALVARIO

La policía cree que la cifra negra de cogoteos y asaltos es mayor a la que se conoce.

Los ilícitos ocurren casi a diario y los pobladores poco pueden hacer. En ese sector, conocido como "Bajos de Mena", la única conexión con Eyzaguirre, la calle principal, es un gran potrero, que escolares y trabajadores cruzan en despoblado.

Jaime Salas T.

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