La Jefa censó 16 hogares de la villa Caupolicán Obrero, de Renca, y en la primera casa que visitó a las 9.00 se llevó una sorpresa porque abrió la puerta un hombre de 61 años en pijama.
Un vecino le avisó minutos antes que iba a pasar "la presidenta", pero Eduardo Kramer pensó que se refería a la presidenta de la junta de vecinos y salió vestido con un estupendo pijama celeste que su esposa le compró hace ocho años cuando lo operaron de un absceso interno rectal.
El abogado evangélico dijo que "le pedí disculpas por andar con el pijama y una medias que uso para el frío, bien abrigado, y la presidenta fue muy correcta, educada, se demoró unos quince minutos, le ofrecimos desayuno y sólo aceptó un café chiquitito para no tener que ir al baño después".
En tanto, el hijo del dueño de casa, David, venía llegando de un carrete, entró a su casa y recién ahí cachó que estaba la Presidenta de la República en el living. "La señora Bachelet me preguntó si había dormido ahí, fue simpática, tranquila, humilde, fue una buena experiencia, y mi papá en pijama al lado, pero ella no se inmutó".
LA TRATARON BACÁN
Por su litro, La Jefa dijo que "sólo me cabe decir que es una experiencia bien importante, quiero agradecer, las personas han sido todas muy acogedoras, han sido muy activas en contestar todas las preguntas".