En 2006 quedó al descubierto una de las estafas masivas más grandotas que han ocurrido en Chile. Una encopetada señora francesa, engrupió a miles de personas y les dijo que se harían la América si compraban insumos para la producción casera de unos fermentos lácteos, conocidos como "quesitos mágicos", que luego serían vendidos al mercado cosméstico europeo.
Su nombre es Gilbert Van Erpe o "Madame Gil". Entre sus principales víctimas se encuentran los habitantes de la apacible comuna de Coltauco, en la Región de O'Higgins. Por años, ellos han visto pasar el tiempo y de pasadita cómo se esfumaba la posibilidad de recuperar sus dineros, ya que "Le Chanté" se viró a Francia.
Sin embargo, una luz de esperanza se abrió para los estafados, ya que la justicia francesa pidió a la Fiscalía Centro Norte juntar la mayor cantidad de afectados para que se hagan parte de una acción legal que se lleva a cabo en por allato, con lo que podrían más adelante recibir indemnizaciones.
Una de las estafadas es María Cabezas Ocampo, quien piensa que puede recuperar algo de los 20 millones perdidos a manos de la franchute, que además hizo lo mismo en Perú.
"Me afectó psicológica, moral y económicamente. Empezamos como todo mundo, esto fue vox populi, y ahí íbamos invirtiendo. El pack costaba 250 mil pesos y mucha gente vendió sus propiedades, sus vehículos y se dedicaron a esto", recuerda doña María.
- ¿Qué opina de Van Erpe?
- Ella tiene que pagar. Nadie puede burlarse de otras personas, nadie tiene el derecho a jugar con los sentimientos y dinero de otra gente. Se burló de un país, se burló de toda una ciudad; yo la conocí y recuerdo que se veía como una señora creíble, muy convincente en lo que hablaba.
- ¿Imaginaron que era buche?
- Había personas que dudaban un poco, pero al final creyeron. Espero que nos indemnicen a todos los que fuimos engañados.
Otra estafada por madame "Le Buché" es Verónica Cerda, quien trabajó cuatro meses confeccionando los quesos mágicos.
"Fue terrible porque perdí 2 millones y medio de pesos. Con ese dinero quería ampliar la casa y perdí", rememora la mujer.
Agregó que "siempre nos dijeron que nos iban a devolver y nunca fue así. Pequé de inocente y tuve una ilusión. Esto no fue por hacerse rica sino para terminar la casa".
La tarea de ubicar a los estafados de Coltauco quedó en manos de la Bridec de la PDI de Rancagua.