Resulta que, según informó la alcaldía, la nueva administración se limitó a cumplir la ley que "prohibe expresamente tener trabajadores dependientes en lugares que no cuenten con agua potable ni baños".
Así los kioscos que eran centro de reunión por las mesitas que tenían a su alrededor, cerraron y ya no repartirán entre ambos los nueve mil libros que prestaban al año.
El concejal Felipe Parada manifestó que "la gestión comunicacional de dichas clausuras fue muy mala y que se debió avisar con tiempo a los usuarios ofreciéndoles alternativas".
Los vecinos fueron los más molestos. Un lote de estudiantes de odontología de la Fines Terrae, cuya facultad queda cerca de la Plaza Pedro de Valdivia, lamentaron la medida. Sebastián Ibáñez se preguntó por qué pueden funcionar sin baño los kioscos de diarios y no lo pueden hacer los que presentan libros. "Fue una estupidez, perjudica a mucha gente", dijo.
En tanto, en la muni explicaron que hay un montón de alternativas más para conseguir libros.
Achacados
Los chiquillos estudian odontología en la U. Finis Terrae, pasan todos los días por la Plaza Pedro de Valdivia y lamentaron el cierre de su kiosco.