Hacer un gol en el debut con la camiseta de la selección chilena adulta es una experiencia religiosa. O como dijo el mismo César Pinares luego de embocarle a Croacia "un verdadero sueño del pibe", que sólo puede ser signo de alegría.
Y sin duda el "21" de la Roja en la China Cup quedó entero japi con su descartuchá en el equipo de Juan Antonio Pizzi. Aunque al momento de celebrar su gol se congeló como estatua mirando al cielo, bajó el cuello de su polera y besó un tatuaje en el pecho.
¿Será que Pinares se sumó al famoso "Mannequin Challenge? Frío, frío. La única razón por la que el zurdo celebró así fue pa' dedicarle el gol a su mejor amigo y compadre, Diego Clerc, a quien se tatuó en el lado del corazón.
"El gol fue para un amigo que me está mirando desde el cielo", soltó Pinares al finalizar el encuentro, sin ahondar en mayores detalles ya que es un tema del que no le gusta parlar, dado el fuerte lazo que el destino le cortó con un yunta que lo acompañó desde que eran niños.
Diego no sólo era conocido por ser un buen cabro jovial, atento. También era el fiel escudero del formado en Colo Colo y quien lo acompañaba en cada lugar donde jugó. Era tanta "su hermandad" que, incluso, lo nombró padrino de una de sus dos hijas.
El "Gordo", como le decían cariñosamente, falleció la madrugada del 22 febrero de 2015, cuando iba saliendo de un matrimonio en Las Condes y fue atacado por unos patos malos que sin ninguna razón se ensañaron con él y un amigo que quedó grave. Una muerte desgraciada que le arrebató la vida a los 25 años de edad, cuando su compipa comenzaba a despegar en Deportes Iquique.
De ahí que el actual volante de Unión Española -quien hace poco firmó por cuatro años con los hispanos y que por estos días es mirado de cerca por los equipos grandes de Chile- se lo tatuó en el pecho, y cada vez que enchufa se lo dedica a Diego mirando hacia arriba.
Un sentimiento que siempre sacó a flote cuando le tocó convertir con la camiseta de Iquique y el cuadro rojo de Independencia.
"En la familia estamos muy orgulloso de César (Pinares) y lo sentimos parte de ella. Además, nos alegra que siempre celebre dedicando sus goles a Diego. Su partida fue una gran pérdida para todos, sobre todo para él. Eran compadres, amigos inseparables de toda la vida, del barrio y hasta del colegio", nos sopló Marco Bahamondes, primo de Diego Clerc y amigo de Pinares.