Aventuras de taxistas hay muchas. Si no, pregúntele a Ricardo Arjona, que con su canción “Historia de Taxi” relata la experiencia de un chofer que piloteaba su techo amarillo seduciendo a la vida. De pronto se encontró con una chiquilla que la habían gorreado y, sin darse cuenta, le pasó los cambios, se lo llevó pa’ la casa y tuvo la suerte de besarle hasta la sombra, y un poco más…
Marcelo García, de 53 pirulos, soltero y profesor de química de profesión, hace 25 años que dejó las salas de clases y los tubos de ensayo para ganarse los porotos arriba de su taxi, en Santiago.
Él no ha tenido la misma suerte que el taxista de la canción de Arjona, pero sí otra gracia que le llena el pecho de felicidad.
El titán, además de no tener el taxímetro adulterado como otros pelafustanes, anima el viaje de los pasajeros al ritmo de la salsa que él mismo toca con timbales, cencerro y maracas.
“Yo hago un trabajo simple, pero profesional y con alegría. Disfruto mucho trasladando pasajeros y aprendo mucho de ellos. Ellos me retribuyen con su propina y con su alegría que experimentaron durante la carrera con mi show”, suelta el hombre orquesta.
“Son muy pocos seres en la vida que disfrutan con el trabajo. Yo soy feliz y me siento armónico con lo que hago”, agrega Marcelo.
Según lo que cuenta el titán, los pasajeros que vuelven de los carretes en la madrugada, son los que más prenden con el mambo que arma arriba del taxi, e incluso, varios le han pedido darse una vueltita más, hasta que termine la canción que suena en el cedé.
“No daban ganas de llegar a destino, porque disfrutamos todo el viaje de la buena onda y la orquesta que armó, porque también participamos y tocamos algunos instrumentos junto a él”, comenta Felipe “Chino” Olivares, uno de los pasajeros que quedó feliz con la experiencia de encontrarse con don Marcelo y sus maracas.
Aunque muchos piensen que su rutina cumbianchera arriba del volante puede ser un tanto arriesgada, al toque aclara “no me salgo en ningún momento de las leyes del tránsito y siempre soy prudente con la velocidad. Además, que manejo derechito, y toco los instrumentos en ciertas calles sin tanto tráfico para ir derechito. La música me concentra y siempre estoy en estado de alerta”.
DIVIDIDOS
Marcelo García saltó a la fama gracias a un video publicado en Youtube, con el nombre de “El taxista orquesta”. Ahí la barra se divide los comentarios por su particular estilo de choferear.
“Por actos irresponsables como este gente ha muerto, ojalá le quiten la licencia” o “seco, maneja y toca un poco de música, es algo que no cualquiera hace”, son algunos de los mensajes que ha dejado el público.
“Hay mucha gente que es un tanto amargada. Uno no le puede caer bien a todo el mundo. Yo salgo a entretenerme y la gente se entretiene conmigo. Estoy seguro que la gente está mal de la cabeza. Ellos creen que soy un taxi y me interrumpen, porque soy una orquesta”, filosofa el titán.