A disposición de la ciencia mundial están los huesitos, las ropas y tacitas de arcilla de un indígena del año de la pera que un trabajador de la contru encontró enterrados ayer en una casa ubicada a siete kilómetros de la comuna de Pichilemu, en la Sexta Región del Libertador General Bernardo O'Higgins Riquelme.
La contribución al desarrollo de la Humanidad fue obra del maestro Guillermo Pérez, quien estaba haciendo un hoyo en una vivienda del sector Las Salinas cuando tocó las osamentas con su pala regalona.
"El forado me iba cundiendo más de un metro cuando sentí algo duro y noté que era un cuerpo humano. Sospecho que se trata de un indígena porque aún conservaba parte de sus ropas y estaba rodeado de cantaritos de greda", dijo el obrero a La Cuarta.
Todavía impactado por el hallazgo, Pérez señaló que "el cuerpo estaba entero y me asusté mucho porque pensé que iba a encontrar más muertos. Por lo mismo tiré la pala lejos y llamé altiro a Carabineros".
Al lugar llegaron funcionarios de la policía uniformada y de la PDI, los que preliminarmente establecieron que en el lugar no había enterrados más finados.
Tras examinar los restos, detectives y peritos de la Brigada de Homicidios (BH) de la ciudad de Rancagua indicaron que son del año de la coronta, específicamente de hace aproximadamente 200 años.
Ante la versión de algunos vecinos que aseguran que en el sector del hallazgo funcionó un cementerio indígena, las autoridades locales solicitaron la presencia experta de arqueólogos.
"Varias personas andan diciendo que este fue un cementerio, pero es mejor no adelantar nada. Capaz que sea verdad. Tengo chusto", dijo Guillermo Pérez.
Por José Pinto y Carlos Godoy