Nils Barahona, presidente los barbones canosos en Chile, asegura qu el 70% de sus eventos se cayeron, por lo que decidió recorrer las calles caracterizado. "La gente se sorprende y me sonríe", dice.
Una de las escenas clásicas de cada fin de año en las calles de Chile la protagonizan los Viejos Pascueros comunales. Cientos de hombres vestidos de rojo, con barba larga y grandes panzas se encargaban de escuchar los deseos de niños y, de paso, eran el gancho perfecto entre las personas y el comercio.
El más popular de todos es Nils Barahona (45), uno de los más requeridos para fiestas de fin de año, celebraciones y comerciales publicitarios, pero que ha visto considerablemente disminuida su pega en comparación con años anteriores. Tanto así que debe ganarse la vida como Uber. La crisis social que vive Chile también tocó su bolsillo...
Apenas pone un pie en la calle, su silueta rechoncha de un metro ochenta y cinco llama la atención de un grupo de niños que no duda en acercase a tomarse fotos. La magia infantil no se pierde, aún cuando la pega formal por estos días es escasa para los "pascueros".
Estima que este año debió suspender el 70% de los eventos que tenía pactados en municipalidades y empresas, en un final de año marcado por el estallido social en el país.
"He tenido que salir en Uber y la verdad es que ganó más en eso que como profesor, que es mi profesión. Es una realidad lamentable, pero no me queda otra. Igual es reconfortante ver como la gente se sorprende cuando me ve arriba del auto vestido como Viejo Pascuero. Sacar una sonrisa y entregar un mensaje de cariño es un extra que no te da otro trabajo", comenta el hombre que decidió transformarse en el gordo bonachón hace ocho años para sorprender a su hija pequeña y de ahí nunca más se cortó la barba.
El denominado presidente de los Pascueros -mote que se ganó gracias a su parecido con el viejito "original" de una reconocida bebida gaseosa-, asegura que el último año la vio negra por una enfermedad que lo tuvo fuera de circulación por tres meses. Con lo que ganaría este mes pensaba pagar los gastos médicos, pero los pitutos son contados con los dedos de una mano.
"Al mal tiempo hay que ponerle buena cara nomás. Quizás este año sea malo, pero ojalá sirva para una mejor calidad de vida para todos. Cuando comenzaron las protestas fui disfrazado a Plaza Italia y quedé en medio de un enfrentamiento y unas personas me ayudaron a arrancar. Tengo conciencia de lo que necesita la sociedad", asegura Barahona, que en ningún momento se sale del personaje, menos cuando una señora se acerca y le pide que esta Navidad traiga paz al país. "Es lo que queremos todos ", le responde con una sonrisa.
Para ganarse unos pesos extras, Barahona asegura que tiene pitutos chiquititos como saludos personalizados o visitas a desayunos, pero que prefiere mantener la relación cercana con la gente a través de redes sociales.
"Me conecto siempre a entregar un mensaje de respeto, que es lo que me mueve en la vida. Las personas lo agradecen, más en estos días", sentenció.
Munis suspenderán celebraciones navideñas
Uno de los puntos fijos para el trabajo de los pascueros eran los jardines de las municipalidades. Cada una instalaba su propio árbol navideño y necesitaba al menos dos personas para cubrir el puesto del barbón. Este año, la cosa cambió y las munis decidieron invertir esa plata en reconstrucción.
Para que se haga una idea, Estación Central decidió guardar el clásico símbolo de 22 metros que se montaba en la estación de trenes. En Providencia decidieron no celebrar ni mostrar el árbol clásico de avenida Pedro de Valdivia. En La Cisterna tomaron la misma opción, mientras que en Maipú está en evaluación la medida.
Incluso, el retail también decidió guardar los arbolitos y no instalar mayores adornos navideños. Desde Mallplaza aseguraron a este diario que este año no habrá árbol en ninguno de sus mall.