Desde antes de que como alcaldesa se hiciera cargo del megaevento de los veranos, ella respiraba, comía y hablaba del festival.
Tanta pasión por el certamen musical y de espectáculos ha demostrado, que, según han contado sus cercanos y ella misma, hasta en los momentos más íntimos y capitales de su vida, su mente estuvo en la Quinta Vergara. Así de posicionada y posesionada está Virginia María del Carmen Reginato Bozzo respecto del Festival de la Canción de Viña del Mar.
¿Un botón de muestra sobre lo afirmado? Siempre recuerda la única edición a la que no pudo asistir y tiene claro el importante motivo: "Mi hija nació el 8 de febrero. Entonces por lógica no estaba en condiciones de ir al Festival", sostuvo en una entrevista reciente concedida al portal Maxnews. Pero fue una sola vez, después no dejó pasar veranos sin asistir para cantar y bailar con los artistas de que versión a versión se presentaban en el escenario.
Desde 2004, cuando como alcaldesa tomó posesión de la Municipalidad de Viña del Mar, se ha erigido como la persona más importante y que sella el destino de cada certamen, especialmente cada vez que se decide qué canal de televisión se queda con su organización y transmisión.
Si bien por ley no es suyo el dedo que señala quién se adjudica la licitación pública, como presidenta de la Comisión Festival, junto a otros concejales, analiza las propuestas teniendo en cuenta tres puntos cardinales: dar a conocer la ciudad y su evento, el aporte que significa y los recursos que puede traer a las arcas de la corporación.
Y precisamente su fanatismo festivalero, el haber disfrutado de los shows y competencias desde muy temprana edad es el capital de la alcaldesa para ser quien tenga mayor poder en la decisión que tome el Concejo Municipal durante los primeros días de abril.
Restando 51 días para que se decida si la triada Canal 13-TVN-FOX o el último concesionario, Chilevisión, se queda con la edición número 60 del Festival, se debe tener en cuenta el peso de la "Tía Coty" o "La reina de los cerros" de la Ciudad Jardín, como la han llamado en las contiendas electorales. Esas mismas en las que ha arrasado desde que se presentó como candidata a concejala, en 1992, y fue reelecta en tres períodos consecutivos.
Ella ha capitalizado el fervor popular que a partir de 2004 la ha instalado por igual número de veces en el sillón municipal.
La especial preocupación por el Festival y el arrastre popular en los cerros parecen estar sintonizados con el alma del viñamarino, algo que Virginia Reginato parece saber, aún cuando haya nacido en Valparaíso y vivido hasta los tres años en Playa Ancha, desde su infancia y juventud ella ha sintonizado con la Ciudad Jardín.
Una prueba de lo anterior es que fuera cinco veces reina de belleza: del Centenario de la Sexta Compañía Bomba Italia, del Carnaval de la Cruz Roja, de la Societá Canotieri Italiani, de la Kermesse de la Scuola Italiana y de la exposición anual de la Asociación de Industriales de Valparaíso (Asiva).
"La coronación fue en el Casino de Viña. Un baile muy lindo, al que asistieron todas las autoridades", recordó su elección como reina de Asiva en las páginas en las páginas de El Mercurio de Valparaíso, en septiembre de 2004.
Su veta festivalera está intacta y más allá del cargo, sigue siendo una fan, tanto que cuando vino Cat Stevens, devenido en Yusuf Islam, se le dijo que debía hablar con él porque quería entregar una donación y que no debía saludarlo de beso, porque su religión se lo prohibe, pero... "yo lo agarré de la cara con las dos manos y cuando estoy ahí, me acuerdo".
Un incidente menor, una anécdota, como el confesar que "indudablemente mis mejores festivales han sido cuando estuvo Roberto Carlos".
Aunque se le puede enrostrar el ser fan y llevar con mano férrea el show, se ha encargado de dejar en claro la libertad hasta política en el escenario: "Que cada uno que diga lo que quiera, mientras se haga en un marco de respeto".
Esa es Virginia María del Carmen Reginato Bozzo, la "Tía Coty", festivalera de tomo y lomo, quien pone la vara alta a los canales postulantes, según dijo a Maxnews: "Creo que al que le toque la concesión (...) va a tener que ponerle mucho pino, porque los cambios de folio... 60 años no es menor".