El doctor Sergio Vargas, uno de los investigadores principales del estudio clínico de la vacuna de Astrazeneca-Oxford en el país, contó a La Cuarta que a fines de mes podrían empezar las pruebas en el país.
Quizás una de las frases más buscadas en Google debe ser: "¿Cuándo estará la vacuna?". Y es que el maldito bicho del coronavirus cambió completamente la vida como la conocemos. Es por esta razón que cada avance sobre las vacunas es vista con esperanza.
Y mientras algunos valientes ya comenzaron a poner el hombro para inocularse con la de Janssen, la firma estadounidense Johnson&Johnson, comenzará sus ensayos a fines de noviembre.
Se trata de la vacuna de Astrazeneca-Oxford, que espera contar en principio con cerca de mil personas (se esperan 3 mil en total), en cuatro establecimientos de salud, de la Región Metropolitana y de Valparaíso.
Efecto placebo
El doctor Sergio Vargas, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y uno de los investigadores principales del estudio clínico de la vacuna de Astrazeneca-Oxford en el país, habló con La Cuarta sobre la llegada de este ansiado ensayo.
- ¿A los ensayos se puede sumar cualquier persona, o sólo será personal del área de salud?
- La idea es ofrecer la vacuna, en principio, a las personas que estén más expuestas, porque ellos están por supuesto con mayor riesgo de adquirir la enfermedad. Nuestro primer foco sería ofrecerlo a personal de la salud, pero también ofrecerlo a la comunidad, a gente que también pudiera estar expuesta.
- Si alguien está interesado, ¿Qué debe hacer para sumarse?
- Nosotros vamos a colocar un link en la página web del Hospital San José y en la página web de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Ahí, en cuanto se abran las inscripciones, lo pueden hacer. Por el momento se pueden inscribir al correo vacunacovid.med@uchile.cl que tenemos habilitado. Ya tenemos más de 100 inscritos.
- ¿Estos voluntarios serán sólo de la Región Metropolitana o se puede sumar gente de regiones?
- Es complejo que nosotros aceptemos gente de regiones, porque el seguimiento dura dos años. A parte de las dos dosis, que son el primer día, al mes hay visitas, luego a los dos meses, a los tres meses, a los seis meses, al año y a los dos años. Entonces para una persona de regiones sería complejo tener que seguir con todo el seguimiento acá en la facultad por tanto tiempo.
- Compleja la cosa...
- Así es. También se hace el seguimiento para saber cómo se encuentran las personas que reciben el placebo, hay dos posibilidades que te toque vacuna, una posibilidad que te toque placebo.
- Para que no queden dudas, ¿Qué significa que la persona tenga el placebo?
- Es importante que la persona cuando participe en el estudio mantenga los mismos cuidados, porque ni la persona ni yo como investigador, nadie sabe qué fue lo que le tocó, entonces es fundamental que la persona no adquiera una falsa sensación de confianza, porque tiene un tercio de posibilidades de que le toque placebo. El voluntario tiene que seguir manteniendo su actividad en forma normal, y cuidándose igual que como lo hacía al momento de recibir la vacuna.
- Es importante cuidarse entonces...
- Sí, por eso es tan importante saber que la persona viene a un estudio, donde no solo vamos a estar atentos sobre la ocurrencia de la enfermedad, sino que también vamos a ver cuánto tiempo o cómo se mantienen sus anticuerpos. Nosotros tenemos un contacto semanal con el voluntario, para que diga cómo va.
- Luego del caso de Brasil, ¿cómo convencen a la gente a participar de los ensayos?
- Lamentablemente esa persona le tocó recibir placebo en Brasil. Yo no quiero convencer a nadie, la persona se tiene que convencer sola de las ventajas de participar de un estudio, porque en el fondo el estudio ofrece dos de tres posibilidades de recibir vacuna, eso es un riesgo infinitamente menor que exponerse al virus. El riesgo de colocarse la vacuna es muchísimo menor a la posibilidad de la enfermedad.