Volver a usar el celu de palo la lleva

Se te caían, y no les pasaba nada. Había que sacarles la antena. Buscar una buenaposición. Eras humildes, más que el Chavo del 8. ¿De qué cresta le hablo? De los celulares antiguos, pues, de esos que decían que eran de palo.

Hoy en día, con tanto adelanto tecnológico, opciones de pago (a las cuotas que se te ocurran) y ganas por estar de moda han hecho que el negocio de los celus sean de lo más rentable. Es que esperar por las últimas novedades de los sistemas operativos de Android o iOS han hecho que un partido de fútbol por la tele sea nada.

Pero como la naturaleza es bien sabia, por no decir caperuza, siempre tiende a que las cosas vuelvan a su estado primario…. ¿Cacha o no? Algo así como que venga la mansa ola y nos limpie de la cochina humanidad oooohhhhhhhh…

Bueno, la cosa es que ahora la moda es volver a ocupar el celular de la era paleolítica, esa de llamar y recibir mensajes, una onda que la lleva entre los figuras del espectáculo (las de Joligüd eso sí), entre ellas La Scarlett Johansson (foteli). ¿Por qué, oye? Porque tiene toda esta cachá de ventajas que se las contamos acá.

LAS MANSAS VENTAJAS

Derecho a la privacidad: los antiguos celulares son más seguros que los actuales, ya que es muy poco probable que un maldadoso trate de hackearlos. Antes nadie buscaba hackear celulares y, además, no es mucho lo que se puede obtener con esa opción, ya que muchos teléfonos antiguos ni siquiera tenían cámara de fotos.

No tiene problemas de señal: no tienen problema de cobertura, ya que tenían señal todo el tiempo y funcionaban solamente a una banda, que es la de voz; es decir, no necesitaban tener 3G, 4G ni nada.

La batería dura más: hartos días duraba, pues no tenía aplicaciones tan importantes corriendo en el teléfono, salvo las funciones de teléfono y calculadora, aunque era baja la posibilidad de tener el aparato corriendo con aplicaciones en segundo plano.

Terapia del destete: cambiar de un celular hiperconectado a un teléfono móvil, que sólo sirve para llamar y recibir mensajes, puede ser parte de una terapia para ir despegándose poco a poco de la adicción a los celulares, conocida como la nomofobia.

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