"Cumbres Inclusivas" se llama el emotivo proyecto que busca que personas que quedaron postradas vuelvan a sentir la emoción de escalar una montaña. En el Cerro El Plomo vivieron su primera jornada y fue todo un éxito, que esperan repetir.
Quedar postrado debe ser una de las pruebas más difíciles de superar para una persona que, durante la mayor parte de su vida, fue capaz de valerse por sus propios medios, de caminar por senderos y escalar cimas de varios kilómetros de altura.
Así le pasó hace tres calendarios a Sebastián Zúñiga, un joven deportista de 24 años que, mientras maniobraba en su bicicleta, sufrió una dolorosa caída que terminó con un golpe durísimo, desafortunada secuencia que lo dejó en una silla de ruedas para el resto de sus días.
Lejos de apagar sus deseos de vivir o de alejarse de la aventura, el "Seba" optó por tomarse esta negra experiencia con optimismo y harto de humor. "¿Quieres que te cuente lo que me pasó? Salgamos a caminar y te explico...", es capaz de bromear en su condición, la que lo limita un poco, mas no lo incapacita en pos de sus sueños.
Y una de esas quimeras era retornar a la montaña, actividad que siempre realizó de manera recreativa, pero que ahora -por obvias razones- ya no puede hacer.
O eso pensó, hasta que se topó con el equipo de "Iron Will", proyecto que busca potenciar el mensaje de que no existen limites físicos para lograr los deseos y que desarrolla experiencias outdoor protagonizadas por personas que potencian la inclusión y la diversidad.
Así, sobre sus ruedas propias y apañado por un grupo de montañistas que no lo dejaron en ningún instante, Zúñiga volvió a estar un poquito más cerca del cielo: junto a la expedición, logró llegar hasta el refugio Agostini del Cerro El Plomo, ubicado a 4.600 metros sobre el nivel del mar, después de cinco días de arduo trayecto.
Su alegría por este verdadero logro era indesmentible. "Sentí mucho frío en algunos trayectos, casi no sentía mis dedos, pero logramos llegar muy alto. Estoy feliz y emocionado de estar acá de nuevo. Es algo que se lo dedico a mi abuelita y a mi vieja, que han estado conmigo en todo este proceso", reconoció el muchacho.
Sebastián admite que "sin los cabros esto no hubiese sido posible, tuvimos una sintonía maravillosa", narró sobre su épica escalada, que no hubiese sido posible sin el apoyo de "Iron Will" y su proyecto "Cumbres Inclusivas".
Sueño hecho realidad. Jorge González, uno de los hombres detrás de esta iniciativa, está sumamente satisfecho con esta primera subida, pero la ambición es grande, ya que "fue bueno llegar a los 4.600 metros, pero en noviembre queremos atacar la cumbre (5.400 m.s.n.m.) y ojalá hacerlo con un grupo más grande", es el desafío.
Y no sólo eso, pues para el primer trimestre del 2020, "tenemos que ir por una cumbre que sobrepase los 6.000 metros", se puso pega.
Si sueña con ser parte de esta expedición inclusiva o conoce a alguien que quiera superarse, en www.CumbresInclusivas.com encontrará toda la información necesaria.