El mundillo del deporte tiene contrastes. Están los fulanos que tienen un día de gloria y se andan creyendo la última chupá del mate. Por otro hay compipas que hacen la pega piolita, se destacan, dejan bien puesto el nombre de Chilito lindo, son buena onda y, pa' más recacha, son deportistas con altura de miras. Y dentro de este piño, sin duda que la gurú es Kristel Köbrich, quien pese a romperla en Brasil volvió a las aguas del Mapocho diciendo que "no he ganado nada".
Es que nuestra nadadora pop fue la envidia de todas las escamosas que chapotearon en las califas aguas abiertas garotas. Es que la golosa no le dejó nada al resto y se trajo cuatro medallas de oro, más una de platujen, en los 400 metros libretas.
Con su buena tela de siempre, la sirenita, que también es campeona para las hamburguesas del Mc Donald's, le contó al diario pop que está más contenta que el Chavo del Ocho con una torta de jamón por las marcas de Sao Paulo y que la clave del éxito fue "una muy buena técnica... con este resultado pude mejorar mis expectativas".
Pero la Kristel quiere nadar derechito pa' no pisarse las gualetas y hacer ¡glup, glup!, como en los Panamericanos de Río. Por eso avisó que "aún no estoy en condiciones para clasificar a Beijing (en aguas abiertas) y lo tengo más que claro".
Por lo mismo, a su regreso de Garotolandia, la cabra se propuso al toque seguir con el azote y no perder ritmo.
A ALETEAR
Como quiere poncear con Neptuno y gobernar en los siete mares, la Kristel se virará hoy a Córdoba para prepararse a lo bacán con tal de llegar como el Pulento manda al Mundial de Aguas Abiertas de Sevilla, que va desde el 3 hasta el 8 de mayo y donde espera asegurar el porcino y clasificar directo entre las diez primeras a los Olímpicos.