La lectura de sentencia contra el cineasta se llevará a cabo este lunes 16 de mayo.
El pasado martes 26 de abril, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal (TOP) de Viña del Mar dictó el veredicto en el juicio contra Nicolás López.
En la instancia, el TOP confirmó que no se logró acreditar la violación que se le imputaba al cineasta en calidad de autor. Eso sí, se le declaró culpable por dos abusos sexuales.
En la antesala de la lectura de sentencia, que se llevará a cabo este lunes 16 de mayo a las 15:00 horas, un reportaje de CHV Noticias dio a conocer nuevos detalles sobre los duros testimonios de ambas víctimas.
“Nicolás me empujó en su cama y se puso encima de mí. Yo me levanté rápido y le dije ‘ya, Nicolás, para’. Él me dijo que estaba bromeando y que no fuera pendeja”, relató una de las afectadas, sobre lo ocurrido en el contexto de un supuesto casting.
“Él estaba muy borracho, estábamos al lado de la puerta de acceso a la casa, y en un momento me tiró contra la pared y me rodeó con sus brazos, impidiendo que me moviera, me empezó a dar besos en el cuello sin mi consentimiento, le corría la cara, yo lo sentía como dominante, entonces le empecé a decir ‘Nicolás, no, para, para, basta’”, añadió.
Eso sí, explicó que “siempre se lo dije con un buen tono, no quería que se enojara o me puteara. Él me tenía acorralada contra la pared, así que yo podía sentir su pene erecto en mi cuerpo, él me agarró de la cintura y me pegó contra él, muy fuerte, ahí se empezó a mover como simulando una relación sexual, rozando su pene sobre mi zona pélvica”.
Un segundo relato, por el que también se acreditó el abuso sexual, corresponde a un ataque ocurrido en el contexto de una fiesta.
“Pasado un rato me lleva hasta su dormitorio y comienza a mostrarme su ropa. Él sabía que yo era asesora de imagen”, dijo la afectada.
“Me sujeta contra la pared”
“En ese momento me va empujando hacia la cama, en la cual yo caigo acostada y él se pone encima de mí, me toma de las manos y me da besos en mi cuello y boca, ante lo cual yo trato de zafarme, diciéndole que nos vayamos a la fiesta, que tengo pololo, tranquilizándome diciendo que es un juego, diciéndome que cerrara los ojos y tomara su olor”, añadió.
Finalmente, la mujer expuso que “agarró mi mano y la puso sobre su pene por arriba de su ropa, diciéndome que lo sintiera, refregando su cuerpo contra el mío (...) yo me paro y este me sujeta contra la pared de frente a él, tratándome nuevamente de bajarme mi ropa, lo cual no dejo hacer. Él sigue masturbándose mientras yo le decía que parara”.