Ostentoso barco ruso recaló en Valpo el 6 de mayo y debido a la pandemia no pudo zarpar. Su propietario es Dimitry Rybolovlev, dueño del equipo de fútbol AS Mónaco, y cuya fortuna se estima en más de 7 billones de dólares.
En cuarentena total y con un distanciamiento social de media milla (poco más de 800 metros) desde la orilla frente al muelle Barón, el lujoso yate ruso Anna seguirá recalado en Valparaíso hasta nuevo aviso, o cuando la pandemia del coronavirus le dé un respiro a la humanidad.
La ostentosa embarcación, cuyo propietario es el magnate ruso Dimitry Rybolovlev (53), llegó desde Puerto Montt el 6 de mayo pasado con 33 personas a bordo, en su mayoría de origen inglés, luego que no pudiera recalar en dicha ciudad debido al mal tiempo, y justo cuando el Covid-19 comenzaba a hacer estragos en el país.
"El yate está en norma y nos mantienen informados de sus condiciones cuando lo hemos solicitado. Les damos aviso cuando hay marejadas, o sea no hay ningún problema para ellos ahí. Igual que muchas otras naves que se encuentran fondeadas en la bahía en una condición similar en espera de instrucciones para navegar a un próximo puerto", señaló el capitán de la Armada Ricardo Alcaíno, comandante de puerto en Valparaíso.
Historia de un yate. Rybolovlev, quien es dueño del equipo francés de fútbol AS Mónaco, adquirió la súper embarcación el 2018 en la módica suma de 250 millones de dólares, y la bautizó como Anna en honor a su hija menor.
"Está impedida de tocar puerto. Durante su estada sí puede efectuar faenas logísticas que la abastezcan de combustible, agua y víveres", agregó el capitán Alcaíno, respecto a la medida sanitaria presente en Chile, donde se encuentran cerradas las fronteras terrestre, aérea y marítima.
La nave es considerada como una de las más grandes del mundo, y entre sus lujos cuenta un helicóptero de última generación. Llegó con el magnate ruso a principios de año, quien junto a su familia navegó hasta Punta Arenas, donde luego recorrió las Torres del Paine y Puerto Natales. Después se subió a su helicóptero para llegar a su jet privado, para viajar directo y sin escalas a su casa en Europa.