A menos de una semana del inicio de los Juegos Olímpicos, la única vara que resultaba peligrosa de agarrar era la de Semenya, que fue elegida como la abanderada papalapapiricoipi. ¿Pero? La verdadera garrocha con sorpresa estuvo en Mónaco, bajo las dos manitos de Yelena Isinbayeva.
La rusa la tomó con fuerza, la acarició un poquito, se concentró, lució "los medioh ojoh" y se lanzó rumbo a la colchoneta, en la última competencia antes de virar a la Villa Olímpica. ¿Y? La novena fecha de la Liga de Diamante (premia a los mejores de 32 disciplinas luego de 14 patitas disputadas en el año) fue una puñalá en su orgullo.
Isinbayeva, que en Londres tratará de convertirse en la primera atleta que gana tres títulos olímpicos al hilo (ya logró el oro en Atenas y Beijing), empezó a saltar sólo cuando el listón fue ubicado a 4,70 metros del suelo convencida de que sería papita pa'l loro, pero no le dio el cuero.
Contra todos los pronósticos, la única que logró dominar la pértiga y superar la marca que dejó en vergüenza a Yelenita fue la alemana Silke Spieleburg, que, más encima, llegó a los 4,82 metros, que hasta ahora es el mejor registro mundial del año.
En segunda posición se ubicó la cubana Yarisley Silva, 4,62 metros, mientras que la garota Fabiana Murer, campeona mundial, tuvo que conformarse con el quinto puesto después de realizar solamente un brinco válido, el primero sobre 4,54. ¿Y? También guateó en 4,70 metros.