Fines de los '90. La música techno empieza a inundar el ambiente musical de Chilito. Y en el programa juvenil "Extra Jóvenes", precursor de "Mekano" y "Yingo", una mujer se hace famosa bailando al son de los punchi punchi.
Es Ana María Muñoz, una mujer de contextura gruesa y angelical rostro que deleitó a la barra y se coronó como la Reina del Techno.
Han pasado los años y luego de algunas incursiones televisivas, donde fue bautizada como "Zapallito Italiano" por Leo Caprile, dio un vuelco tremendo a su vida.
La dulce Ana María es candidata a concejal por la comuna pop de La Pintana.
- ¿Qué te motivó a postular?
- Más que todo quiero servir a mi gente. Yo he estado siempre muy cerca del pueblo y conozco sus necesidades.
- ¿Vas como independiente o por algún partido?
- Voy apoyada por Renovación Nacional.
- ¡La dura!
- En esto de la política uno necesita lucas para desarrollar los proyectos que uno tiene. Y ellos se acercaron a mí para concretar esta candidatura. En todo caso la gente no es tonta. Ellos saben bien por quién votar y quiénes sólo les hacen falsas promesas.
- ¿Has tenido acercamientos con la gente?
- Por supuesto. Yo vivo acá y hace mucho tiempo voy a ferias libres, juntas de vecinos y otros lugares públicos. La gente me recibe muy bien.
- ¿Te reconocen?
- Obviamente. Pero yo soy más que un rostro bonito y un cuerpo perfecto. La gente sabe que yo siempre lucharé por ellos. Además yo me tengo harta fe.
- El Pato Laguna fue compañero tuyo en La Granja Vip y se molestó cuando le preguntaron por el precio del kilo de pan.
- Él es una muy buena persona, no me cabe duda que lo hará bien. Y esas preguntas no son tan importantes. Igual yo sé que el kilo vale 780.
- Veo que estás bien informada. ¿Cuáles son tres problemas de la comuna?
- ¡Uf! Son muchos... Delincuencia, drogadicción, el maltrato infantil y que la gente se siente un poco estancada. Yo sueño con ser concejal para ayudar a erradicar todos esos problemas.
- ¿Y el baile quedó de lado?
- Para nada. Si salgo haré baile entretenido a las chiquillas, ¡incluso el baile del caño!