La industria del zapato vive una de las crisis más importantes de su historia. Los fabricantes aseguran que no pueden competir con la mercadería china y que no se valora la mano de obra nacional.
Son las nueve de la mañana del martes 12 de marzo y el intenso olor a cuero que se respira en calle Victoria, en el centro de Santiago, es señal inequívoca de que las fábricas de zapatos comenzaron la faena.
Poca gente transita por el sector, y es menor la cantidad que se detiene en las vitrinas a mirar calzados. Una señal de la crisis actual que se vive en la industria.
Apenas 24 horas antes, los dueños de "Guante" y "Gacel" anunciaron el cierre de la fábrica de zapatos, que se mantuvo por 90 años, y que significó dejar sin trabajo a 283 personas. A este anuncio se suma la clausura de "Calzados Beba", en febrero pasado, además de la fábrica Albano, en Concepción, quien también debió bajar la cortina.
A pesar de que el panorama no es favorable, los fabricantes de Victoria siguen con la máquina en pie, aunque la crisis por estos días huela más fuerte que el propio cuero de sus zapatos.
"Hay varias formas de mirar esta crisis. La primera es el producto chino que llega al país y que tiene una mano de obra muy barata y que la gente ha preferido porque es más económico, aunque yo pongo en duda la calidad", confesó René Vega, dueño de "Calzado Reva" y uno de los considerados viejos estandartes que va quedando en Víctoria.
Agregó que otro factor es que "los chilenos han perdido la cultura por los zapatos, no se traspasó el gusto por el buen calzado de una generación a otra. Hay mucha gente que valora nuestro trabajo, pero cada vez son menos".
No es primera vez que los fabricantes chilenos ven temblar su negocio, y siempre con el denominador común: los chinos.
"La primera crisis que vivimos en el calzado fue cuando se firmó el tratado de libre comercio con Asia y comenzaron a llegar productos baratos de allá. Eso nos obligó a reinventarnos y armar un nuevo producto, no veo por qué ahora no podemos hacerlo. Somos unos sobrevivientes de crisis, esto no nos ganará", asume optimista René.
Crisis
En la última gala del Festival de Viña del Mar, una decena de famosos desfiló con zapatos exclusivos de Patricio Arévalo. En sus 20 años de trayectoria, el diseñador construyó un nombre de prestigio y calidad, tanto así que los famosos hacen fila en su fábrica de calle Coquimbo para posar sus pies en una de sus creaciones.
"Lo de Gacel me da mucha pena porque es una empresa que siempre estaba a la vanguardia y que partió de la nada. Era confiable cuando se producía en Chile. El prestigio de Gacel comenzó a decaer cuando comenzaron a traer productos del extranjero", comentó el diseñador, quien también aseguró estar preocupado por el destino de miles de proveedores que trabajan en la industria.
"Podemos hablar de que estamos en una crisis en la industria porque no sólo afecta a los trabajadores y productores, también a los proveedores de insumos que también se ven afectados. Por ejemplo comenzarán a cerrar las fábricas de producen los tacos y la hormas", sentenció.
Desde la Cámara Nacional de Comercio ven con preocupación la crisis del calzado y apuesta a la reinvención de los trabajadores.
"Como país tenemos que hacer un esfuerzo para hacernos cargo de estas situaciones preventivamente, reconvertir a estos trabajadores, capacitarlos y lograr que, pese a la pérdida de su fuente de trabajo, puedan insertarse en otra actividad", comentó Manuel Melero, presidente de la cámara.