Manel Loureiro, el best seller español que empezó escribiendo en Internet y hoy vende miles de libros: “Si yo he podido, cualquiera puede”

Manel Loureiro, el best seller español. Foto: Javier Ocaña.

El autor visitó Chile por primera vez para presentar su última novela: “Cuando la tormenta pase”. Un exitazo que va en su quinta edición y lleva poco más de dos meses en librerías. El autor conversó con La Cuarta sobre la creación de este hipnotizante thriller, sus comienzos escribiendo en un blog, y su ética de trabajo: “Si tú me estás entregando tu dinero y tu tiempo de ocio tan valioso, yo te tengo que dar a cambio algo que merezca la pena”, le contó al diario pop.

Manel Loureiro - abogado de profesión, escritor por vocación- llegó al lobby del hotel donde nos reunimos para esta nota con una sonrisa en el rostro, viste un look relajado, saluda amable y se acomoda para comenzar un charla que más que entrevista, parece una conversación de amigos. Pero la diferencia es que él es un autor best seller, uno de los más importantes de España, ganador del premio Fernando Lara 2024, algo de lo que aún no despierta.

Su primera vez en Chile -en dos oportunidades anteriores no pudo concretar los viajes- se da en el contexto de la gira de prensa de su última novela “Cuando la tormenta pase”, de Editorial Planeta.

Un envolvente thriller lleno de giros inesperados. Roberto Lobeira, el protagonista, es un autor que después de un exitoso debut decide aislarse en Ons, una pequeña isla de la costa atlántica gallega, con la esperanza de encontrar inspiración para su segunda novela. Pero ese lugar y sus habitantes no solo le dan una extraña bienvenida, sino que lo conducen hacia una espiral de tensiones y rivalidades a punto de estallar.

Entre encuentros con sus lectores y entrevistas con medios nacionales, conversó con La Cuarta sobre la experiencia de escribir esta enigmática historia y cómo ya está en conversaciones para llevarla a la pantalla.

Manel, primero que todo, felicitaciones por el éxito del libro y por el premio Fernando Lara 2024. ¿cómo fue esa experiencia?

¡Es que es abrumador! El Fernando Lara es uno de los premios más prestigiosos que hay en literatura en español en el mundo, ves la lista de las ganadoras y ganadores a lo largo de los años y te entra una sensación de muchísima presión, son auténticos monstruos de la literatura y que de repente tu nombre es el último en sumarse… Yo por lo menos no lo pienso, se disfruta. El nivel de exigencia que se va a poner sobre mis espaldas va a ser siempre mucho más grande que el que tenía.

¿Hay algo ahí de síndrome del impostor?

Es real y se sufre (ríe). Creo que si lo pierdes algún día es que ya empiezas a estar demasiado convencido de lo que haces, y eso es mala señal. No estudias para ser escritor, es algo sobrevenido en tu vida, entonces siempre tienes la sensación de que en algún momento alguien se va a levantar, te va a señalar con un dedo acusador y te va a llamar fraude. Yo hasta hace muy poco, cada vez que hacía algún papeleo con la casilla de profesión, ponía abogado porque me parecía que poner escritor era muy presuntuoso. Desde que gané el Fernando Lara, sí lo hago.

Manel Loureiro, el best seller español. Foto: Javier Ocaña.

“Soy como Mickey Mouse en Fantasía”

Hablemos de “Cuando la tormenta pase”, ¿cómo nace esta historia en tu imaginación?

Pues mira, esto surge de dos cosas. Primero, de una pequeña obsesión que tenía por las historias de los pequeños pueblos rurales, no sé si aquí en Chile también se repite esa frase de “pueblo pequeño, infierno grande”...

Sí, también lo decimos.

Todos conocemos sitios pequeños donde hay dos familias que no se hablan o un rencor que existe desde hace generaciones. Siempre me había fascinado ese tipo de historias por lo intensas que eran, y de repente lo ves en las noticias, aparece un pueblo que no tenías ni idea que existía y hay seis muertos y dices, ¿cuál es el detonante? Y por otra parte, la propia isla (Ons) en sí me resultaba fascinante. Había estado allí en verano y me llamaba la atención que en plena Europa hubiese un sitio tan remoto y tan aislado con unas condiciones tan extrañas. Y eso hacía que fuese el escenario perfecto para contar ese tipo de enfrentamientos. Se juntó todo, explotó una cabeza y ahí empieza “Cuando la tormenta pase”.

Y va en la cuarta edición…

No, en la quinta, pero no lo sabe todavía mucha gente, lo anuncié hace poco. ¡Estoy abrumado!

Es que eso te iba a preguntar, ¿qué se siente ser un best seller?

Te arrolla. En cifras de España, que del resto de los países no lo sé, han salido 70.000 ejemplares en su primera edición y han ido haciendo reediciones de miles y miles de ejemplares. Hay una película de Walt Disney que se llama Fantasía, donde Mickey Mouse es un pequeño aprendiz de mago que Merlín deja en la torre solo, en un momento empieza a darle a la varita y empiezan a pasar cosas que se escapan de su control. Yo ahora mismo soy como Mickey Mouse en Fantasía.

Manel Loureiro, el best seller español. Foto: Javier Ocaña.

“Me gustan las historias que supongan un desafío”

¿Cómo fue la experiencia de pasar de ser un escritor de Internet al papel?

Todo arranca en el 2005, el día que yo cumplía 30, me di cuenta de que tenía que hacer algo que no fuese la literatura jurídica, me estaba asfixiando. Empecé a escribir una historia distópica en un blog, la historia de un abogado como yo, que vivía solo con su gato, pero que de repente los muertos se levantaban y empezaban a caminar entre los vivos, y el mundo se le rompió. Esa estupidez que empiezo a escribir para mí por higiene mental, se transforma en un fenómeno. El blog estalla y en un mes y medio pasa a un millón y medio de lectores en todo el mundo. Un día estoy en mi despacho, no le había dicho a nadie que su abogado estaba escribiendo una historia de zombies, y recibí dos correos, uno de un periódico de aquí, de Chile, y otro de una radio de México que me querían hacer una entrevista. De nuevo Mickey Mouse en Fantasía.

Fuiste prácticamente un pionero.

Fíjate, si yo lo hubiese querido hacer ahora lo que hice en 2005, habría fracasado estrepitosamente. En aquel momento era original, no se le había ocurrido a prácticamente nadie. Pero ahora, ¿cuántos libros hay publicados en Wattpad? Cuando publico por primera vez mi “Apocalipsis Z” en Amazon, en el año 2012, era una rareza en el desierto. Hoy en día cualquier libro que salga en Amazon, el mismo día salen otros 600 títulos. Quien quiera empezar hoy lo tiene mucho más difícil. Y además viene el enorme monstruo que es la inteligencia artificial. Para mí no va a suponer un problema, ya tengo un nombre, pero sí para alguien que va a empezar dentro de tres o cuatro años. Ese es el gran desafío que viene.

Muy apocalíptico todo. Volvamos a tu primer libro, ¿cuándo te contactan para publicarlo?

Una pequeña editorial se puso en contacto conmigo, yo iba con la idea de que venderíamos 100 ejemplares, y podría decir, “mira, he escrito un libro”, y seguir con mi vida, pero de repente explota, se empieza a publicar en un montón de países. Me voy a Random House, y de allí salté a Planeta, y a ese libro le siguió otro, y otro, y otro. El abogado se quedó arrumbado en algún lado del camino, y eso hace que ahora yo esté aquí, sentado en el lobby de este hotel, hablando contigo, en vez de estar metido en un juzgado en España, defendiendo a alguien que a lo mejor no se lo merece. Creo que he salido ganando con el cambio.

¿Y siempre te gustaron los thrillers?

Me gustan las historias que supongan un desafío. Lo que llevo haciendo desde hace muchos años no tiene nada que ver con lo que escribía en mis inicios, he ido evolucionando como autor, y los lectores han ido evolucionando conmigo. Pero en el fondo, todas tienen algo en común, que es que me gusta contar historias que te electricen, y que te mantengan sentado en el borde de la silla, obligándote a leer página tras página para saber qué es lo que pasa en la siguiente.

Esa característica es algo que muchos destacan de la novela.

Yo concibo la literatura como diversión, entretenimiento. Cuando tú, como lector, coges un libro, me entregas dos cosas importantes, una es tu dinero, alguna gente tiene que hacer un esfuerzo económico para comprar un libro; y algo mucho más importante, tu tiempo de ocio. El tiempo de ocio es escaso y tiene que competir con un montón de duros rivales. Un libro exige que participes y que transformes eso que está en negro sobre blanco en algo que llegue a tu cabeza. Cuando lo haces es explosivo, y es mucho más inmersivo que una película o serie. Si tú me estás entregando tu dinero y tu tiempo de ocio tan valioso, yo te tengo que dar a cambio algo que merezca la pena.

¿Cuándo nace en ti el gusto por escribir?

(Piensa). Buena pregunta. Yo creo que está ahí desde siempre, lo que pasa es que no lo sabes. Todos los escritores que conozco son grandes lectores, y en un determinado momento das el salto a contar tus propias historias. Siempre he sido un acumulador compulsivo de libros, tengo una biblioteca enorme de más de 4.000 ejemplares y creciendo, pero no podía imaginar que algún día eso me iba a arrastrar a empezar a contar mis propias historias, y que eso se iba a transformar en mi forma de vida. Entonces es una pregunta difícil para mí porque no soy capaz de decirte qué día me di cuenta o cuándo empezó. Yo creo que eso ha estado ahí desde siempre.

Manel Loureiro, el best seller español. Foto: Javier Ocaña.

Del libro al cine

¿Qué te parece a ti, viniendo de la literatura de Internet, el fenómeno de los jóvenes que generan contenido en redes a raíz de la literatura y que recomiendan libros?

A mí me encanta, es la democratización de la literatura. Antes la recomendación de libros seguía un camino vertical, había determinados suplementos culturales en los periódicos, eran los que desde su púlpito, ganado a pulso, decidían qué era lo bueno y qué era lo malo. Y podía condenar un libro. Con la llegada de internet, esta verticalidad se transformó en una horizontalidad. Hay un montón de gente que está en igualdad que tú y que decide que va a empezar a recomendar los libros que le gustan, es el boca a boca de toda la vida.

Comentaste en redes que sí te gustaría ver el libro en una producción, ya sea cine o serie. ¿Te ha llegado alguna oferta?

Sí, sí que hay ofertas. No te puedo contar nada, todo esto tiene sus ritmos (ríe). Ahora estrenamos la película de “Apocalipsis Z” dentro de un mes, estoy con el desarrollo de otra película, de una serie de televisión basada en otro libro. Hay muchas cosas en marcha y “Cuando la tormenta pase” está queriendo adelantar al resto. Me genera ansiedad porque ha conectado con tanta gente y dicen “el libro está muy bien. ¿Ahora la película? ¿Cuándo?”. Procesemos todo primero. Posiblemente a lo largo de 2025 ya se puedan anunciar cosas en firme.

¿Y tú te involucras?

Sí, sí me involucro. Pero en cada proyecto puede ser distinto, en unos puedes participar en la escritura del guion, en otros solo supervisión, en otros aconsejando.

¿Te ha pasado que tienes que, como Roberto el protagonista de “Cuando la tormenta pase”, ir a otro lugar o vivir otras experiencias extremas para investigar?

De hecho, me fui a vivir a la isla, en invierno. Y la verdad es que queda aislada en esa época, la única manera de llegar allí es contratar un barco que te lleve. Yo conseguí que me llevase una lancha de servicio de puertos del estado, encargada de gestionar el faro que está en la isla. Y lo que en el puerto me parecía una idea estupenda, cuando me subí al barco me empezó a parecer menos buena. A medida que nos íbamos metiendo en medio del oleaje y se perdía de vista la costa entre la niebla me iba apareciendo una idea cada vez peor. Y cuando el barco se sacudía, me parecía una idea horrible. Pero en mi punto de comparación con el momento en el que pisé tierra en la isla y el barco se fue, de repente me di cuenta que era una idea espantosa, (ríe).

Pero, a diferencia del protagonista del libro, ¿viviste alguna anécdota divertida?

Sí, pasando por el pueblo había una señora, Palmira, que tiene entre 80 años y la muerte, me ve pasar desde la puerta de su restaurante, cerrado, por supuesto, y me dice, “¿qué haces aquí en invierno?”, yo le explico, " Soy escritor, estoy haciendo documentación”. “¿Y dónde vas a comer?”, “Voy a comer por mi cuenta”. Y entonces me dice, ‘si quieres, puedes comer aquí', me señala el restaurante. Yo me giro y le digo, “Ah, ¿es que va a abrir el restaurante para mí?”, y me dice: “No, imbécil, yo también como, y de paso puedo preparar comida para ti”. Y le digo, ah, vale, perdón, perfecto. Una mujer absolutamente maravillosa, como todos los vecinos que me acogieron. Son mucho mejores que los del libro (ríe).

“La buena literatura trasciende nacionalidades y fronteras”

¿Cómo fue tu encuentro con los lectores chilenos?

Fantástico, uno de los países de Latinoamérica que tenía pendiente de visitar, con mis dos anteriores libros, con “La Puerta” y “La Ladrona de Huesos”, estuve a punto de venir. Estoy maravillado no solo por el país, por lo acogedores que han sido conmigo, por lo delicioso que es Santiago de Chile, sino porque además me he encontrado con lectores que tienen un pozo cultural enorme, las librerías aquí son estupendas, hay un público lector muy militante, y me han acogido con ganas, han venido a escucharme, a leerme, y eso es maravilloso.

¿Hay autores chilenos que te gusten?

Pues mira, “La Logia”, de Francisco Ortega.

En tu mismo género…

Sí, sí, y además no me suelo fijar en la nacionalidad de los autores, leo lo que me gusta, creo que la buena literatura trasciende nacionalidades y fronteras. Y que, como estamos en una sociedad global, es muy fácil que te encuentres un autor de otro país que cuente una historia espectacular y que me importe tres narices de dónde haya salido.

Estábamos hablando de la inteligencia artificial, de lo difícil que se viene, pero ¿cuál sería tu consejo para quienes quieren escribir y todavía no se atreven?

Bueno, después de haber dado el mensaje apocalíptico, ahora vamos con la parte buena (ríe). Y es que si yo he podido, cualquiera puede. Lo importante para alguien que quiera contar historias es que sienta esa pulsión. Que lea mucho, que disfrute escribiendo, que no se ponga objetivos absurdos que no dependen de ella o de él, “quiero ser publicado en tal editorial, traducido a tantos idiomas, ganar tal premio”, esas cosas pasan, pero cuando has empezado el camino. Escribir es la parte fácil, reescribir es la parte complicada, que es lo que transforma un manuscrito lleno de fallos en algo que se puede leer. Siempre va a haber necesidad de nuevas voces. La mente humana es maravillosa, siempre hay historias sorprendentes esperando en la cabeza de alguien a salir y a dejarnos a todos sorprendidos.

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