Abramovich deja la presidencia del Chelsea para evitar sanciones por su relación con Putin

Roman Abramovich, dueño del Chelsea junto a Vladímir Putin.

A raíz de la invasión rusa a Ucrania, desde Gran Bretaña aseguraron fuertes castigos para el país atacante, además de para quienes pudieran tener vínculos con el presidente ruso.

Al mismo tiempo que los misiles rusos llovían sobre Ucrania, se elevó uno de los aviones privados más grandes del mundo para aterrizar en Moscú. Este era de Roman Abramovich, el multimillonario dueño y presidente, hasta ese entonces, del Chelsea.

Además de tener a su disposición a uno de los equipos más grandes del mundo, actual campeón de Champions League y del Mundial de Clubes, Abramovich posee un yate con helipuerto y piscina en la costa de España, una casa de 200 millones de dólares a pocos pasos del Palacio de Kensington en Inglaterra y más propiedades repartidas entre el sur de Francia, Colorado y el Caribe.

Roman Abramovich históricamente ha apoyado a Vladimir Putin y tras el anuncio de sanciones para Rusia de parte de Estados Unidos, la Unión Europea y especialmente Gran Bretaña, el multimillonario pareciera haberse puesto nervioso.

El sábado recién pasado confirmó que pondría al Chelsea bajo la “administración y cuidado” de la fundación benéfica del equipo. Según algunos medios esto no significa nada, Abramovich sigue siendo propietario del club. Respecto a su decisión, aseguró que los fideicomisarios de la institución sin fines de lucro “están en la mejor posición para velar por los intereses del club, los jugadores, el personal y los aficionados”.

Abramovich durante una reunión con Vladímir Putin.

Muchos aseguran que este repentino cambio a solo días de que Rusia invadiera a Ucrania, se produjo con el fin de evitar sanciones importantes para él y para el club. Asimismo, aún se desconoce el propósito de su vuelo a Moscú en medio de los ataques, pero sí está claro que el viaje puso su avión fuera del alcance de las autoridades en Europa, evitando que pudiera ser confiscado o inmovilizado.

Los dos movimientos sucedieron luego de que Boris Johnson, primer ministro de Gran Bretaña, asegurara erróneamente la semana pasada en la Cámara de los Comunes que Roman Abramovich había sido sancionado. Luego, aseguraron que había sido un error, pero para el multimillonario esto fue una señal de advertencia para lo que podría venir.

Desde la defensa de Abramovich, consideran que no tendría sentido que el dueño del Chelsea fuera sancionado: “Sería ridículo sugerir que nuestro cliente tiene alguna responsabilidad o influencia sobre el comportamiento del Estado ruso”.

Por otro lado, algunos políticos británicos han pedido que Roman Abramovich sea despojado de sus activos occidentales como una señal de ataque indirecta contra Rusia. Chris Bryant, legislador del Partido Laborista, dijo el jueves de la semana pasada que obtuvo un informe secreto del gobierno del año 2019, sobre finanzas ilícitas, en donde citaban al dueño del Chelsea por sus “vínculos con el Estado ruso y su asociación pública con actividades y prácticas corruptas”.

Abramovich posando junto a la copa de la Champions League.

A pesar de que es complicado por las estructuras de propiedad que utiliza Abramovich, existe la posibilidad de que estos castigos se lleven a cabo luego de la determinación de los grupos occidentales de castigar a Rusia por lanzar uno de los ataques más grandes a un país europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

Con relación a los inicios y la economía de Roman Abramovich, este fue gobernador de una provincia en Rusia a los 30 años y logró su influencia en el país por conexiones con Putin y Boris Yeltsin. En la actualidad, según estimó la revista Forbes, ha amasado un imperio estimado en más de 13.000 millones de dólares. Por este mismo motivo, fue parte de los rusos millonarios que comenzaron a sacar el dinero de su país hacia otros de Occidente.

Respecto a las sanciones financieras, algunos profesionales aseguran que esta no es la mejor forma de atacar a Abramovich y a los distintos oligarcas rusos que se encuentran en Europa. Jamison Firestone, abogado estadounidense, cree que revocarle los visados a su familia y a él sería una mejor medida.

“Si se le quitan 2.000 millones de dólares a la valoración de Abramovich, sigue siendo un tipo rico”, aseguró Firestone. “Se trata de negar a la gente un estilo de vida que sienten que es suyo, que quieren. Cuando se les niega ese estilo de vida y se deja claro que se les niega por lo que ha hecho su gobierno, y se les devuelve a vivir en el desorden que ha creado Putin, se convierte a toda esa gente en defensores de la guerra”.

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