Más allá de estimular y respaldar a su hija en la Copa Enel, Paolo Vidal ha entendido que el principal propósito del torneo es inculcar valores en los niños, como la superación, el juego limpio, el respeto y el esfuerzo.
El apoyo de los padres ha sido fundamental y pieza clave para el éxito de la Copa Enel. En los triunfos y en las derrotas, el orgullo de quienes van a ver a sus hijos e hijas no tiene límites. Es el caso de Paolo Vidal, papá de Isidora Vidal, jugadora del plantel de Cerrillos que, aunque no ha tenido un buen cometido, cuenta con aliento incondicional de su padre.
"Mi hija tiene 11 años, hace uno juega en la sub 15 de Unión La Calera y esta es su primera participación en la Copa Enel, representando a Cerrillos. Independiente de los resultados, siempre lo más importante es apoyarla y estar con ella para que siga creciendo y formándose en el fútbol. Isidora es pequeñita y hay que dejarla que fluya", plantea Paolo.
"Y en las malas es cuando más debo estar al lado de mi hija", sostiene su fanático número uno, quien reconoce que los resultados no han sido favorables para Cerrillos: en la última fecha grupal el equipo de Isidora perdió 17-0 ante Santiago, quedando comprometida su clasificación a la ronda de los "muere-muere".
"Al final son detalles si ganas o pierdes. Damos harta ventaja por el promedio de edad, pero lo importante de la Copa Enel es participar con valores positivos, pasar un buen rato, hacer deporte y divertirse sanamente", sentencia Paolo Vidal.