A Sebastián Santander siempre le gustó jugar al arco y nunca vio como un basureo que desde peque lo mandaran a ponerse bajo los tres palos.

"Yo feliz de que me pusieran de arquero porque más que hacer goles me gusta atajar y evitar los festejos de los rivales", nos comenta este portero que a sus trece años tiene las cosas muy claras.

"Quiero llegar a ser el arquero más grande del mundo", es el sueño de Seba, cuyo gusto por el puesto de guardameta ya le dio su primera gran alegría.

Es que en la final capitalina de la Copa Enel, el arquero titular de Lo Prado se lució en el empate de su equipo a un gol frente al combinado de Independencia, actual campeón del torneo, y luego fue pieza clave en la definición a penales.

Atajadas

Sebastián se destacó en la tanda y atajó los dos penales que le remataron, con una técnica que mezcla instinto y suerte.

"Siempre me quedo al medio y no me muevo. Así he logrado atajar varios penales", detalla este muchacho que estudia en el colegio San José de Renca y cuyas principales virtures, dice, son achicar y cortar centros.

"Tengo como ídolos a Justo Villar y Claudio Bravo", comenta el arquerazo de Lo Prado, quien ahora prepara sus guantes para la final nacional en la Octava Región.