Tras una nueva derrota del elenco universitario, el mandamás azul anunció su dimisión al cargo. "Ganó la delincuencia, tengo amenazas de muerte", señaló.
El terremoto en la "U" no se detiene. Luego de la ajetreada semana que vivió el club con la salida de Frank Kudelka y la llegada de Alfredo Arias, ayer se coronó con una derrota por 2-1 ante la U. de Conce y un hecho que traerá aún más cola: la renuncia de Carlos Heller a la presidencia del Bulla.
En pleno partido, la hinchada cantó "que se vaya Carlos Heller, que se vaya Azul Azul, que se vayan esos buitres que no quieren a la 'U'", encendiendo al mismo tiempo más de 20 bengalas.
Esto se trató de una organizada manifestación contra el mandamás de Azul Azul, pues antes del inicio del encuentro hubo panfletos con amenazas al empresario, donde incluso había una pistola apuntando su cabeza.
Por lo mismo, no aguantó más. Asistió al estadio, pero tras el disgusto de la barra se fue del palco. Era la primera señal de lo que vendría, pues terminado el partido contó la bomba: se irá de la presidencia del club.
"Con mucho dolor he decido dejar Universidad de Chile a partir de ahora, renuncio. La delincuencia ganó una vez más en mi país. Ustedes vieron el pobre espectáculo concertado hoy. Rayaron mi lugar de trabajo, tengo amenazas de muerte en mi teléfono y otras personales. Dejo en libertad a la directiva para elegir un nuevo presidente", indicó Heller, tostado por la situación que le ha tocado vivir este 2019, y adelantando que "esto le saca un poco de presión a la U. Creo que yo no he sido el culpable de todo lo que ha pasado. He dado todo por este club, es una injusticia".
De todos modos, no dio detalles sobre lo que hará con sus acciones. Esto pues posee más del 60% de los papeles de Azul Azul, por lo que si sale a la bolsa deberían pagarle unos 30 millones de dólares por el paquete. Si desea seguir vinculado a la "U" desde más lejos, tendría que poner un representante en la testera de la institución.
Uno de los directores del club, Marcelo Kaplún, señaló en Radio ADN que la salida de Heller es un balde de agua fría para todos. "No había precedentes de que esto fuera a ocurrir. Realmente es una pena todo lo que ha pasado, pero no conozco todos los antecedentes", indicó.
Además, comentó que "las amenazas de muerte provocaron esto. Estas cosas no pueden pasar en el fútbol".
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