España venía con sangre en el ojo tras ser goleada por Holanda en el debut, mientras La Roja había vencido a Australia en su estreno. Desde el canto de los himnos, se presagiaba una tarde con un dejo de épica.
El campeón vigente, España, venía herido.
Habían sido derrotados escandalosamente en el debut ante Holanda por 5-1. Los golazos de los holandeses Robin Van Persie y Arjen Robben, y la mala actuación del arquero Iker Casillas solo pusieron más sangre en el ojo ibérico.
En cambio, Chile tenía esperanza. En un grupo difícil, cumplió con la obligación de vencer 3-1 a Australia en el primer partido del Grupo B. Era lo mínimo que debía hacer para tener chance de llegar a los octavos de final del Mundial de Brasil 2014.
En resumen, el pronóstico era reservado.
Fue así como llegó el miércoles 18 de junio en la ciudad de Río de Janeiro, en el mítico Estadio Maracaná. El reducto está lleno, había 74.374 espectadores, entre los cuales unos 30 mil eran chilenos.
Las mareas rojas de ambos países se enredaban en un mar de camisetas.
El himno estremecedor
Cuando eran casi las 17:00 horas en suelo chileno, los equipos saltaron a la cancha. Ambas escuadras se formaron en la mitad de la cancha para entonar sus respectivos himnos. Primero fue el turno de España.
Luego vino Chile. La música empezó a sonar y, cuando la letra arrancó, un coro de miles de gargantas remeció las interpretaciones de los once chilenos en cancha; Gonzalo Jara, con la mano en el pecho, sonrió como diciendo "qué suerte, no estamos solos".
El canto continuó y, cuando la orquesta se detuvo y dejó el himno a medias, jugadores e hinchas siguieron, entonando con fuerza a capella. La interpretación hacía retumbar el Maracaná y aumentaba mientras, una vez tras otra, sonaba con más fuerza el "O el asilo contra la opresión".
El final resultó estremecedor y, tras ese multitudinaria arenga, empezaba un partido que, según algunos, Chile ya tenía ganado cuando los himnos dejaron de sonar.
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España saltó a la cancha con Iker Casillas en el arco; César Azpilicueta, Javi Martínez, Sergio Ramos y Jordi Alba en la defensa; David Silva, Sergio Busquets, Xabi Alonso (Koke 46'), Andrés Iniesta y Pedro (Santi Cazorla 76') en el medio campo; Diego Costa (Fernando Torres 64') en la delantera. DT: Vicente del Bosque.
En tanto, Chile arrancó con Claudio Bravo en la portería; Gonzalo Jara, Francisco Silva, y Gary Medel en la defensa; Eugenio Mena, Charles Aránguiz (Felipe Gutiérrez 64'), Marcelo Díaz, Mauricio Isla, y Arturo Vidal (Carlos Carmona 88') en el medio campo; Eduardo Vargas (Jorge Valdivia 85') y Alexis Sánchez en la delantera. DT: Jorge Sampaoli.
La robó Alexis
Desde el primer minuto los chilenos empezaron presionando, de hecho, en menos de un minuto de partido tuvo dos llegadas tras un remate de Vargas y un cabezazo de Jara.
Pero los españoles tenían que ganar para seguir vivos en la máxima cita. En minuto 14, Bravo estuvo sólido en un mano a mano ante Xabi Alonso, poniendo todo el cuerpo para cubrir el tiro, en lo que pudo ser el primer gol del encuentro.
Cuando iban 19', en mitad de cancha Alexis interceptó una pelota para Vidal, quien avanzó y se la devolvió a su compañero. Sánchez, rodeado por tres españoles, metió un pase profundo al área para Charles, que ya venía lanzado en carrera. De memoria, el mediocampista dio el pase al medio para Vargas, dejándolo solo ante el portero Casillas. "Edu" no se apuró y, como si no se le estuviera viniendo encima el defensor Sergio Ramos, se sacó al portero para, antes de caer al piso, rematar con la punta del botín.
Era el primero de Chile. El estadio explotó, y los jugadores también. Todos se abalanzaron sobre el goleador.
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Vargas remata ante los estériles esfuerzos de Casillas y Ramos.[/caption]
Un puntete de oro
Los españoles salieron a buscar el empate; sus llegadas terminaron en remates desviados o en intervenciones de Bravo. El encuentro estaba caliente y, con ello, también aparecieron las primeras tarjetas amarillas.
Cuando el partido llegó al 42', Alexis hizo algunos amagues afuera del área rival que terminaron en una falta. Y fue el propio tocopillano quien se encargó del tiro libre. Tras el pitazo, remató. El balón sobrepasó la barrera y se estrelló en el palo. Pero el rebote quedó en los pies de Aránguiz, quien pisó el balón y disparó de puntete para hacer estéril la volada del guardameta español.
Brazos en alto, el volante corrió y saltó hacia el córner para recibir los abrazos y zamarreos de Vidal, Díaz, Sánchez, Mena e Isla, como si intentaran despertarlo en caso de que se trataba de un sueño.
Pero no, era el 2-0.
El arquero Casillas miraba desconsolado hacia algún punto perdido de la cancha.
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Casi todo el equipo corrió a celebrar con Aránguiz.[/caption]
Los minutos finales
Ya en el segundo tiempo, el duelo siguió parejo. Los españoles fueron en busca del descuento e, incluso, Busquets anotó, pero en posición de adelanto. Gol anulado.
Con más espacios, los chilenos tuvieron sus opciones a través el contragolpe. Mientras, la hinchada chilena entonaba al rival: "¡E-LIMIANDOS, E-LIMINADOS...!". En el 67', casi cayó el tercero tras un remate de Isla que se fue por arriba del travesaño.
Los últimos 10 minutos España arreció con fuerza en el área chilena. Aun así, el marcador no se movió y el partido terminó.
Chile se quedó con los tres puntos y consiguió la clasificación a los octavos de final, dejando fuera de competencia a los ibéricos. Faltaba el duelo final ante Holanda, para evitar toparse con Brasil en la fase siguiente, país que había eliminado a la La Roja en los dos últimos mundiales a los que clasificó (Francia 1998 y Sudáfrica 2010).
Pero ese 18 de junio poco importaban esos cálculos, porque Chile había vencido al campeón del mundo.
Todo lo demás, podía esperar.
Revisa los mejores momentos del partido
https://youtu.be/ciOKf9GISWg?t=194
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