Según CNN, este duelo es uno de los 10 antagonismos más grandes de la historia. "Futbolísticamente, nació en la década de los setenta, con el incentivo de ambas dictaduras", dice el historiador Sebastián Salinas.
El enfrentamiento entre chilenos y peruanos reviste fundamentos que van más allá de la simple pelota. Desde añosos problemas fronterizos hasta oportunistas aprovechamientos políticos y mediáticos, han hecho del "Clásico del Pacífico" una de las rivalidades históricas más reconocidas en el mundo entero. Y que este viernes bien podría escribir un nuevo capítulo en el Estadio Nacional.
Hace un par de años, el medio norteamericano CNN destacó los 10 antagonismos más grandes a nivel de selecciones. Sin orden específico alguno, donde aparecieron enemistades tan marcadas como las de Brasil y Argentina, Inglaterra vs. Escocia, Portugal contra España, entre otras. Justo ahí, asoma la de "mapochinos" y los del Rímac.
Según los estadounidenses, el origen de este revanchismo se remonta a la Guerra del Pacífico y, también, a la autoría de la famosa jugada de "La Chilena", o "Chalaca" como le llaman al norte de nuestro país. Sin embargo, el historiador Sebastián Salinas asegura a La Cuarta que es algo más reciente.
"Futbolísticamente, la rivalidad es una cosa de la década del setenta. Principalmente, motivada por las dictaduras que gobernaban en ambos países -en Perú lo hicieron Juan Velasco (1968-'75) y Francisco Morales Bermúdez ('75-'80); en Chile Augusto Pinochet ('73-'89)-las cuales promovieron el nacionalismo y también trataron de desviar la atención de otras cosas. Ahí se generó. Aparte que se dio una coincidencia, ya que en los setenta fue cuando Chile y Perú más veces se enfrentaron. Por la eliminatoria del '74 y la del '78. Pero también en la Copa América del '75, que ganó Perú, y en la del '79, donde Chile llegó a la final. En 1979 se cumplían 100 años de la Guerra del Pacífico, entonces todo lo que tenía que ver con el conflicto tuvo ese ambiente. Si uno ve partidos más atrás, no se advierte que el público peruano tenga una animosidad tan fuerte contra los chilenos. Ni siquiera en los treinta o cuarenta, cuando había veteranos de guerra. En Chile tampoco", dice el profesor de la Universidad de Chile.
Hasta Bonvallet
Según su opinión, después de los setenta, el fenómeno obedece a factores, incluso, comunicacionales, lo cuales encendieron aún más los ánimos de este duelo.
"Esta enemistad ha nacido en los '70, fue incentivado en los '80 y consolidado en los '90. Y hay que decirlo con nombre y apellido. La rivalidad actual, tienes dos culpas. Primero, la cultura de barra brava argentina que llegó a los dos países, porque la hinchada de la selección chilena así como nosotros la tenemos conceptualizada es una cosa que surgió en las eliminatorias del '98, no antes. Y dos, justo en los noventa aparecieron en Chile y en Perú dos comunicadores que tuvieron mucho éxito en incentivar ese nacionalismo. En Chile fue Eduardo Bonvallet y en Perú Phillip Butters, los dos encendieron ese nacionalismo y, con relativo éxito, entre mucha gente. Se metió todo eso en la juguera. Hay que recordar en la eliminatoria del '98 no se escuchó el himno peruano, por ejemplo. Y luego está todo eso del público, de meter ruido en el hotel para que los jugadores no descansen, cosas y actitudes de la Copa Libertadores, en los setenta", confirma Salinas.
Una opinión que es confirmada por Juan Carlos Letelier, ex delantero chileno que vivió en carne propia esas hostilidades, aunque también triunfó en el fútbol de ese país.
"En Perú es donde más se hace sentir ese patriotismo. Para ellos es un verdadero clásico, lo ven como un complemento de esa eterna disputa fronteriza con Chile. Se nota cuando la 'Roja' va a Perú, pero en los últimos compromisos se ha llegado a extremos de apedrear el bus o meter ruido toda la noche, para evitar que los jugadores descansen", dice el mundialista del '82.
Más templada es la opinión del peruano José Guillermo del Solar, quien advierte que "para algunos está marcado por sucesos históricos de hace más de 150 años, pero para mí es solamente una rivalidad deportiva, nada más que eso".