El delantero francés fue víctima del nuevo método de funa a nivel nacional.
Cagón, de acuerdo a la segunda acepción que ofrece el diccionario de la Real Academia Española, es un adjetivo coloquial que se utiliza contra una persona “muy medrosa y cobarde”. Sinónimo de miedoso, asustadizo, gallina y achantado, entre otros. En la jerga futbolera, en tanto, suele emplearse contra jugadores que fallan en algún momento o partido crucial. Ayer por la tarde, en plena definición a penales entre el Atlético de Madrid y el Inter de Milán, Antoine Griezmann fue captado por las cámaras acusando de cagón a Alexis Sánchez por haber errado su disparo —contenido, en realidad, por Jan Oblak—: el delantero francés, desde el banquillo, con tremenda sonrisa en el rostro, buscó con la mirada al argentino Rodrigo De Paul y le gritó: “¡Es un cagón, el chileno es un cagón!”.
Sí, Griezmann, el mismo que en la final de la Champions League 2015-16, figura absoluta del Atlético de Madrid, envió un penal al travesaño a poco de comenzar la segunda etapa, lo que privó a su club de remontar en los noventa minutos a su clásico rival, el Real Madrid. El mismo que, años después, no dio la talla en el Barcelona y después de tres temporadas debió volver a la disciplina colchonera casi que pidiendo disculpas.
Como sea, la movida no le salió gratis al delantero francés. A poco de viralizarse el polémico fragmento, decenas de usuarios chilenos se arrojaron a sus redes sociales para enseñar su descontento de un modo que cada vez toma más fuerza: lo llenaron de recetas gastronómicas. Algo que ya había pasado con el vocalista de Maroon 5, Adam Levine, y más recientemente con el streamer Auronplay.
Basta con darse una vuelta por el Instagram de Griezmann, se podrán encontrar instrucciones precisas para preparar chapalele y pastel de papas, o inclusive pan con mantequilla…