1998, Key Biscayne, Andre Agassi, su zurda imparable, la bandera chilena flameando. Todos esos lindos recuerdos ayer cumplieron 23 años. Pero ser el número 1, al "Chino" también le valió momentos incómodos… como el día que "celebró" en La Moneda.
Seguramente porque ayer, 29 de marzo, fue coprotagonista de una polémica, disparando artillería pesada en contra del periodista Juan Cristóbal Guarello, y porque la última semana hizo noticia hablando de su vida privada, también opinando sobre temas como homosexualidad y política, no muchos le prestaron atención a la histórica efeméride: Marcelo Ríos, precisamente un 29 de marzo, pero de 1998, se convirtió en el número 1 del tenis mundial.
Ese día, el "Chino" se impuso en la final del Super 9 de Miami —hoy conocidos como Master 1000— al crédito local Andre Agassi. Fue 7-5, 6-3 y 6-4, alzándose como el primer jugador hispanoamericano en tocar la cima del ranking ATP. Confirmaba, además, lo que logró cinco años antes, en 1993, cuando también fue el mejor, pero en la categoría junior.
"Ser número uno del mundo me emociona mucho, puede ser el mejor momento de mi vida. Agradezco el apoyo del público, me sentí cómodo en el partido, es un momento genial para mí", dijo Ríos después del triunfo y después de ondear la bandera chilena con los brazos en alto.
La épica de ser el mejor del mundo apenas con 22 años, hazaña inédita sólo igualada años más tarde a nivel latinoamericano por Gustavo Kuerten, debía celebrarse en grande. En su regreso a Chile, de hecho, el entonces Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle recibió al tenista en el Palacio de La Moneda.
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Pero, hace unos días, en conversación con Martín Cárcamo, el "Chino" reveló que el momento no fue todo lo cómodo que hubiese deseado.
En palabras del extenista, por algún motivo, Frei se negaba a la idea de que saliera a saludar a las miles de personas que llegaron para celebrar su triunfo.
"Le pregunté si yo podía hablar, si podía salir al palco. Me dijo que no", sorprendió Ríos, 23 años después.
Finalmente, logró su cometido y pudo asomarse para celebrar con los presentes: "Era obvio, la gente estaba ahí, qué iba a salir él". Aunque luego reconoció que "me costó convencerlo para poder salir, como que no quería".
Y esbozó una suerte de explicación al respecto. Para Ríos, Frei "quería protagonismo, no tengo idea, no sé qué habrá pensado ahí él. Un micrófono o algo, no sé algo preparado".
Para cerrar el tema, Cárcamo le preguntó por su posición actual respecto a la política. Allí el extenista, tras asumir que se considera de derecha, explicó por qué ahora prefiere participar.
"Creo que es una cuestión de madurez. Una cosa que vas creciendo y te vas interesando en el país, en la gente que está gobernando tu país", sostuvo.
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